La Guardia Civil no confirma la autenticidad de las cenizas de Cogul

Persisten las dudas sobre si las cenizas que llegaron en una urna desde Filipinas son realmente los restos de Joan Cogul, el imputado por el caso Turismo, oficialmente fallecido en el archipélago asiático el pasado diciembre. La Guardia Civil ha analizado ya las cenizas de la supuesta incineración del cadáver y ha llegado a la conclusión de que, si bien proceden de un cuerpo humano, podrían no ser las de Joan Cogul.

El pasado 21 de enero el juez instructor del caso ordenó analizar las cenizas que la viuda de Cogul, Carme Fargas, había aportado unas semanas antes como prueba de qu...

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Persisten las dudas sobre si las cenizas que llegaron en una urna desde Filipinas son realmente los restos de Joan Cogul, el imputado por el caso Turismo, oficialmente fallecido en el archipélago asiático el pasado diciembre. La Guardia Civil ha analizado ya las cenizas de la supuesta incineración del cadáver y ha llegado a la conclusión de que, si bien proceden de un cuerpo humano, podrían no ser las de Joan Cogul.

El pasado 21 de enero el juez instructor del caso ordenó analizar las cenizas que la viuda de Cogul, Carme Fargas, había aportado unas semanas antes como prueba de que su marido había fallecido en Manila el 17 de diciembre, justo antes de dirigirse a Barcelona para comparecer ante el juez. Fargas, también imputada en el caso Turismo, afronta una petición fiscal de 9 años de cárcel, que serían 12 en el caso de su marido.

El informe de la Guardia Civil ya ha sido remitido al juez, aunque las investigaciones continúan para tratar de determinar genéticamente si los pequeños huesos que también contenía la urna pertenecen al imputado por el caso de malversación de fondos públicos del Consorcio de Turismo de Cataluña.

La defensa de la familia de Cogul mantiene que el empresario se suicidó en Manila el pasado 17 de diciembre disparándose un tiro en la cabeza y que fue incinerado a las 35 horas de su muerte. Para demostrarlo aportaron documentos firmados por las autoridades filipinas.

Al recibir esta documentación, el juez decidió mantener la imputación sobre Cogul precisando que, si bien no dudaba "en absoluto" de la autenticidad de los documentos aportados, lo único que éstos demostraban era que la defunción del empresario se inscribió en el registro civil de Manila y que se realizó una incineración. "Pero no se demuestra que fuera del cadáver de Joan Cogul", explica el magistrado Francisco González Maíllo.

"La cuestión es lo ocurrido con anterioridad a esa inscripción y fundamentalmente cómo se produjo la identificación del cadáver y qué condujo a las autoridades de aquel país a considerar que se trataba de Cogul", explica el juez.

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