Entrevista:ANTONIO GUTIÉRREZ | Candidato del PSOE a diputado por Madrid | Elecciones 2004

"Rajoy promete ahora el diálogo social que el PP ha estropeado"

En los últimos cuatros años ha estado alejado de la vida pública, pero no de la política. Ha colaborado con la plataforma ¡Basta Ya! y ha asesorado a Lula antes y después de que ganara las elecciones en Brasil. Ahora se presenta como candidato del PSOE para el Congreso, en el quinto puesto de la lista por Madrid.

Pregunta. ¿Cuál ha sido su evolución para pasar de liderar dos huelgas generales contra Gobiernos socialistas presididos por Felipe González a ir de número cinco en la lista del PSOE por Madrid?

Respuesta. Yo no hice huelgas contra Gobierno alguno, sino con...

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En los últimos cuatros años ha estado alejado de la vida pública, pero no de la política. Ha colaborado con la plataforma ¡Basta Ya! y ha asesorado a Lula antes y después de que ganara las elecciones en Brasil. Ahora se presenta como candidato del PSOE para el Congreso, en el quinto puesto de la lista por Madrid.

Pregunta. ¿Cuál ha sido su evolución para pasar de liderar dos huelgas generales contra Gobiernos socialistas presididos por Felipe González a ir de número cinco en la lista del PSOE por Madrid?

Respuesta. Yo no hice huelgas contra Gobierno alguno, sino contra políticas concretas que me parecían injustas. No viví nunca el conflicto como una fiesta sino como un fracaso, del que todos teníamos que aprender. Luego, me ha movido ver que el proyecto socialista de hoy incorpora ese aprendizaje del pasado, el que yo también he evolucionado y percibir que las políticas del PP son más que un viaje al centro un viraje hacia los espacios más rancios de la derecha española.

"El Gobierno no ha sido capaz de retener inversiones extranjeras y atraer otras nuevas"
"La política del PP no es un viaje al centro sino un viraje hacia la derecha más rancia"
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P. ¿Es verdad que José Luis Rodríguez Zapatero le ofreció en las elecciones municipales ser el número dos en la lista para el Ayuntamiento de Madrid?

R. Es cierto. Y se lo agradecí. Pero tuve que renunciar por motivos estrictamente personales.

P. ¿Cómo se produjo después el acercamiento entre usted y Zapatero y su incorporación al equipo que ha elaborado el programa electoral?

R. Al principio del pasado verano, Rodríguez Zapatero me volvió a llamar para pedirme que colaborara en la elaboración del programa, y le dije que sí. Cuando me sugirió la posibilidad de ir en las listas, le comenté que me parecía prematuro, que yo colaboraba en su proyecto porque lo considero necesario para España, con independencia de ocupar cargos. También quería dar tiempo a ver si mis ideas encajaban en el proyecto socialista.

P. ¿Cuál es la propuesta de la que se siente especialmente satisfecho o que más reconoce como suya?

R. Me siento muy satisfecho de toda la política educativa que se plantea. En España nos costó mucho acabar con siglos en los que parecía que nacer pobre y permanecer ignorante era una fatalidad sobrenatural. Tras haber visto que las reformas educativas del PP vuelven a establecer diferencias en función del origen social con itinerarios educativos que desde la más tierna infancia parecen derroteros hacia la discriminación, y por tanto ahondan la desigualdad de oportunidades, la alternativa del PSOE es la más alentadora para España. Respecto a la autoría de las propuestas... no creo en la paternidad absoluta. Sé que en la vida la humildad va junto a la inteligencia, y que la vanidad y la soberbia van junto a la estupidez. Sí puedo decir que me ha satisfecho mucho ver que el programa ha sido resultado de un talante integrador, de un trabajo en equipo y de muchísimas aportaciones de personas de dentro y de fuera del PSOE.

P. ¿Se le ha pasado por la cabeza la posibilidad de ser ministro de Trabajo, o de que le ofrezcan cualquier ministerio menos ése, si ganan?

R. Para mí la política siempre ha sido palos, antes que cargos. Después del 14 de marzo quiero seguir participando activamente en este proyecto. Y me gustaría no encasillarme en los asuntos sociolaborales.

P. Usted no se ha afiliado, pero tampoco quiere figurar en las listas como independiente. ¿Entra en sus perspectivas afiliarse o es algo que descarta?

R. Quiero que mi afiliación sea resultado de un proceso. Y he preferido evitar que esa afiliación pareciera una contrapartida a la participación en un proyecto, que no solo me parece convincente y decente sino imprescindible en este momento para España. He pedido que en la papeleta no se ponga junto a mi nombre un paréntesis donde diga independiente, porque no me considero independiente sino vinculado hasta las últimas consecuencias con el proyecto del PSOE y que encabeza Rodríguez Zapatero.

P. En sus primeras intervenciones como candidato ha dicho que el Gobierno ha estropeado cosas que hizo bien en la primera legislatura. ¿En qué ve usted involución?

R. En la política exterior, con la que lejos de sacarnos de ningún rincón nos han colocado en una posición esquinada en la Unión Europea; en el funcionamiento de la democracia, porque no solo se ha mentido sino también burlado al Parlamento; y en la política económica y sobre el empleo, donde se ha confiado todo a un modelo de crecimiento con los pies de barro, o más exactamente de ladrillo, sin prepararnos adecuadamente para el reto de la ampliación de la UE. Y me sorprende que Rajoy prometa ahora lo que ellos mismos han estropeado en esta legislatura, que es el diálogo social.

P. En general, el Gobierno y los sindicatos han tenido una convivencia pacífica, excepto en el decretazo.

R. Hay que restituir la verdad histórica. El diálogo social comenzó antes de que llegara Aznar, a iniciativa de los sindicatos y de la patronal, en enero de 1995. En la primera legislatura del PP conseguimos acuerdos, pero tuvimos que superar la inercia de Aznar y su tendencia a reproducir viejos hábitos de intervencionismo sobre el diálogo social. En los últimos cuatro años, el Pacto por la Estabilidad en el Empleo lo desbarató el Gobierno con la reforma laboral impuesta por decreto en 2001, que ha hecho repuntar la temporalidad de los contratos. El episodio más conflictivo ha sido el decretazo, pero además los acuerdos han sido escasos.

P. En los ocho años de gobierno del PP, la tasa de desempleo ha bajado a la mitad (del 22% al 11%) y la de eventualidad en el empleo sólo tres puntos (del 33% al 30%). ¿Cuál es su veredicto?

R. En la primera legislatura, que coincidió con un ciclo de crecimiento iniciado en 1994, efectivamente se redujo la tasa de desempleo, pero al precio de hacer descender la productividad del trabajo. Si hubiéramos mantenido el crecimiento de la productividad que teníamos en 1995, nuestra renta se habría aproximado al 95% de la media de la Unión Europea. La coyuntura que ha permitido reducir la tasa de desempleo puede convertirse en un espejismo en el futuro próximo. Se han creado empleos de corta duración y escasamente retribuidos, despilfarrando la fuerza de trabajo. Y el Gobierno no ha sido capaz de retener inversiones extranjeras ni de atraer otras nuevas, a diferencia de lo que sucede en Alemania o Francia, donde tienen costes laborales más altos que los nuestros pero han hecho un gran esfuerzo en innovación tecnológica.

P. ¿Cómo cree que se debe abordar la avalancha de llegada de inmigrantes que buscan trabajo y dignidad en España, pero entran de forma irregular?

R. Como un fenómeno nuevo para España, que nos aporta oportunidades para realizar actividades que son necesarias. La irregularidad se mantiene en buena medida por una actitud hipócrita del Gobierno. Con una política que fija contingentes ínfimos -de apenas el 10% de las necesidades reales de la economía-, permite que haya un colchón de irregulares que, sin derechos, son pasto de quienes no merecen el nombre de empresarios.

P. Comisiones Obreras ha expresado reticencias a las propuestas fiscales del PSOE por considerarla tibiamente de izquierdas. ¿Cuál es su posición como candidato socialista a diputado y afiliado a CC OO?

R. Como afiliado a CC OO y persona de izquierdas me siento muy orgulloso de constatar que la autonomía sindical de CC OO ha quedado fuertemente arraigada. Dicho eso, puede que haya habido precipitación por ambas partes. La propuesta fiscal se estaba aprobando en la Conferencia sobre el programa del PSOE y, sin que hubiera habido tiempo para explicarla, nos encontramos con la precipitada reacción de la dirección de CC OO, con la que estaba concertada una reunión para dos días después. La propuesta fiscal del PSOE no es tibiamente de izquierdas, responde a los grandes valores de la izquierda. Después del enorme destrozo, e injusticias, que el PP ha cometido con la fiscalidad, como bien sabe CC OO, hemos tenido que plantear un nuevo modelo fiscal, que permite transmitir la confianza de que quienes de verdad enriquecen a una nación con su trabajo van a ser muy bien tratados por un Gobierno socialista. Es un modelo apoyado en la idea de que la fiscalidad debe tratar ante todo con mucha justicia y equidad a quienes viven de su trabajo, declaran por lo que ganan y cumplen sus obligaciones fiscales, sean empleados o emprendedores. Esto no es como la propuesta del PP de una mera rebaja de impuestos, que luego se acaba convirtiendo en un aumento que grava injustamente las rentas medias y bajas.

P. ¿Con quién del PP le hubiera gustado debatir en La Primera de TVE, en horario de gran audiencia, si es que TVE hubiera previsto un debate de ese tipo?

R. Igual que hay mediocres que se inventan enemigos importantes para darse importancia, sería una vanidad señalar a un contrincante específico para polemizar. Discutiría con quien decidiera el PP, porque lo importante es debatir. Asistimos no ya a una manipulación informativa sino a una mutilación de lo real a la hora de informar a la ciudadanía. Una forma de mutilar es impedir que haya debates electorales.

P. ¿Cuál tendría más viveza, ese debate o uno con su sucesor en CC OO, José María Fidalgo?

R. Jamás me presté a la necia disputa entre personas que compartimos los mismos valores para ver quién vence al otro, y terminar siendo vencidos por el verdadero adversario. Estaría encantado de estar con Fidalgo, codo con codo, para debatir con quien el PP quisiera enviarnos.

Antonio Gutiérrez, tras la entrevista, el pasado sábado en Madrid.SANTI BURGOS

CARNÉ DE IDENTIDAD

Antonio Gutiérrez, de 52 años, casado y con una hija de 23, hace suya la frase de Azaña ("no quiero darle una República al pueblo, sino hacer un pueblo para la República"), en el sentido de que la gente tenga formación, prosperidad y valores hondamente democráticos. Tras dejar la secretaría general de CC OO, estuvo un año en el paro antes de ser contratado por la Fundación Caja Madrid. La última película que ha visto es La vida que te espera, dirigida por Manuel Gutiérrez Aragón, "que muestra que ya en el valle del Pas sufrían una máxima que ahora aplica la derecha: 'Lo que no se habla, se borra". El último libro que ha leído, y recomienda especialmente en estos días, es La Aznaridad, de Manuel Vázquez Montalbán.

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