ERC pospone hasta el otoño el congreso del partido

Convergència y el PP insisten en que Maragall aclare si Carod volverá o no al Gobierno

Nadie en Esquerra Republicana (ERC) quiere plantearse la eventualidad de que el líder del partido, Josep Lluís Carod, quede definitivamente fuera del Gobierno catalán después de las elecciones de marzo. La voluntad de los republicanos es "recuperar el diseño original". Es decir, volver a la situación previa a la crisis que obligó a Carod a dimitir como conseller en cap. En ese diseño, estaba previsto que Carod concentrara su dedicación al Gobierno y Joan Puigcercós, el hombre fuerte del aparato, se hiciera cargo de la secretaría general del partido en el congreso previsto para ju...

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Nadie en Esquerra Republicana (ERC) quiere plantearse la eventualidad de que el líder del partido, Josep Lluís Carod, quede definitivamente fuera del Gobierno catalán después de las elecciones de marzo. La voluntad de los republicanos es "recuperar el diseño original". Es decir, volver a la situación previa a la crisis que obligó a Carod a dimitir como conseller en cap. En ese diseño, estaba previsto que Carod concentrara su dedicación al Gobierno y Joan Puigcercós, el hombre fuerte del aparato, se hiciera cargo de la secretaría general del partido en el congreso previsto para julio. Pero la sacudida ha sido muy fuerte, y ayer Puigcercós anunció que el congreso se pospondrá hasta el otoño.

Los líderes de la oposición presionan para que Carod no regrese al Gobierno, y para mantener viva la herida de su dimisión. CiU presentó ayer una moción en el Parlament para que el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, nombre de inmediato un nuevo conseller en cap o, si no lo hace, que suprima este departamento. También el PP ha presentado una moción sobre este asunto reclamando que el presidente explique por qué razones mantiene una situación "transitoria".

Por vez primera desde la dimisión de Carod, Maragall se abstuvo el miércoles de indicar en el Parlament si el líder de ERC retornará o no a su Gobierno y, además, se abstuvo también de indicar si sigue teniendo o no "la puerta abierta", como había dicho en otras ocasiones.

En la cúpula de ERC, en cambio, hay una opinión unánime acerca de que Carod debe volver, y volver como conseller en cap. Aunque esa opción está supeditada al resultado de las elecciones, los republicanos se niegan a pensar siquiera que sus aliados pudieran considerar inoportuno el retorno.

Puigcercós lo reiteró ayer, en unos términos que por lo demás indican que ERC sigue considerándose libre de hacer lo que estime oportuno con su parte del Gobierno: "La recomposición del Gobierno será decisión de Esquerra, y de Carod, después de las elecciones", afirmó.

Carod es "el principal activo" del partido, coinciden en señalar los dirigentes consultados, y "no sería lógico renunciar a su presencia en el Gobierno". En el análisis de los republicanos sobre la crisis y su desarrollo se admite a regañadientes que, al entrevistarse con ETA, Carod hizo una mala pasada a su propio Gobierno y a Maragall. Eso les lleva a aceptar la dimisión. Pero no cuestionan en absoluto la política de diálogo para poner fin a la violencia.

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Si la crisis ha tenido tanto alcance, argumentan, se debe mucho más a su instrumentalización por el PP que a la sustancia del hecho en sí. "Antes de la crisis teníamos la duda de si el PP y su cohorte mediática nos aplicarían la plantilla balear o la plantilla vasca, los dos modelos de acoso a gobiernos que no les gustan", dijo un dirigente de Esquerra, "pero ahora hemos visto que nos aplican las dos a la vez".

El cierre de filas originado por la crisis ha dejado atrás, lógicamente, las críticas de "personalismo" que algunos dirigentes formulaban a Carod -antes de que aquélla estallara- por su comportamiento en la formación del Gobierno. Y ha supuesto que nadie quiera plantearse a fondo si realmente es posible que un consejero a quien se considera dimisionario por una deslealtad al presidente puede regresar a un gobierno dos meses después de salir de él.

Así las cosas, los republicanos lo remiten todo a que los resultados del 14-M permitan la lectura de que los votantes han aprobado la actuación de Carod. Por si las turbulencias no hubieran amainado del todo, sin embargo, el congreso no se celebrará en julio como estaba previsto, sino en septiembre u octubre.

Puigercós afirmó ayer que el acceso de ERC a la condición de partido de gobierno "obliga a una reorganización de la dirección". Aunque el asunto no ha sido tratado formalmente por los órganos de dirección, es un secreto a voces que el objetivo del congreso será, entre otras cosas, establecer una división de funciones: Carod dedicaría su atención al Gobierno y Puigcercós se haría cargo de la secretaría general, haciendo coincidir así su condición de hombre fuerte del aparato con la de máximo dirigente orgánico. Y Carod pasaría a presidente del partido.

La reorganización es necesaria porque Esquerra ha recibido un alud de nuevos afiliados,porque sus dirigentes sustituirán el funcionamiento asambleario por el de delegados y porque el acceso de muchos dirigentes a cargos institucionales los ha colocado en situación de incompatibilidad según el reglamento del partido.

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