OPINIÓN DEL LECTOR

Mudanza de piel

La zona de Méndez Álvaro está mudando de piel. Desaparecidas las grandes industrias de antaño, que hasta hace poco permanecían fantasmales y sombrías en la calle, ahora le toca el turno a los más desfavorecidos y humildes; la pequeña industria y los vecinos que aún subsisten.

Las expropiaciones se están llevando a cabo y éstas no reparten justicia, sino pobreza y desempleo.

¿Cómo pretenden que las gentes, a las que se les arrebatan los bienes forjados con su vida misma, puedan construir su futuro con las paupérrimas cantidades con que se les paga su sumisión ante la pérdida de su...

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La zona de Méndez Álvaro está mudando de piel. Desaparecidas las grandes industrias de antaño, que hasta hace poco permanecían fantasmales y sombrías en la calle, ahora le toca el turno a los más desfavorecidos y humildes; la pequeña industria y los vecinos que aún subsisten.

Las expropiaciones se están llevando a cabo y éstas no reparten justicia, sino pobreza y desempleo.

¿Cómo pretenden que las gentes, a las que se les arrebatan los bienes forjados con su vida misma, puedan construir su futuro con las paupérrimas cantidades con que se les paga su sumisión ante la pérdida de sus viviendas, o de sus lugares de trabajo y por ende de sus empleos?

Méndez Álvaro no será una calle de humildes trabajadores como antaño; ahora está en metamorfosis y los tiempos que corren imponen caras viviendas, que arrebatarán el espacio vital a los moradores de otras épocas, expulsados por un coste irrisorio, por la locomotora de un progreso dudosamente humano.

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