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La comunidad de 'hardware' de código abierto saca un chip libre de derechos

La filosofía del 'software' libre se abre camino entre fabricantes de aparatos

Un grupo informal de ingenieros lleva años aplicando al campo del hardware la misma filosofía del software libre que ha engendrado el sistema operativo Linux. Pretenden diseñar dispositivos de hardware (microprocesadores, controladores, etcétera) que estén libres de copyright y de patentes, de forma que puedan ser usados gratuitamente y modificados libremente por cualquier particular o empresa.

OpenCores, grupo de referencia en este movimiento, ha conseguido fabricar el primer microprocesador completo creado únicamente con diseños que están libres de ...

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Un grupo informal de ingenieros lleva años aplicando al campo del hardware la misma filosofía del software libre que ha engendrado el sistema operativo Linux. Pretenden diseñar dispositivos de hardware (microprocesadores, controladores, etcétera) que estén libres de copyright y de patentes, de forma que puedan ser usados gratuitamente y modificados libremente por cualquier particular o empresa.

OpenCores, grupo de referencia en este movimiento, ha conseguido fabricar el primer microprocesador completo creado únicamente con diseños que están libres de copyright.

El fabricante del electrónica Flextronics se va a encargar de producir el dispositivo, que lleva un procesador de 32 bits y corre a 160 MHz. Es similar al procesador que usan los PDA y los reproductores de música portátil.

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Los 10 ingenieros que han participado en su desarrollo durante tres años han usado sólo material de OpenCores. Todo un logro que puede servir para dotar de credibilidad al hardware abierto, según explica el fundador del proyecto, Damjan Lampret, ingeniero también de Flextronics. "Más credibilidad significa que más empresas comenzarán a usar los diseños abiertos de OpenCores", explica por correo.

La organización, convertida en la referencia para esta tendencia en el diseño de hardware, se define como "un grupo informal de gentes que están interesadas en desarrollar hardware, con una filosofía similar a la del movimiento del free software". Creada a finales de 1999, actualmente tiene registrados más de 1.087 colaboradores y unos 250 proyectos para diseñar hardware.

La decisión de Flextronics es una llamada de atención para demostrar, opina Javier Castillo, que estos sistemas son viables. Castillo ha trabajado en la Universidad de Cantabria en un grupo dirigido por Eugenio Villar que ha creado otro microprocesador basado en los diseños de OpenCores.

Varias empresas se han interesado por su trabajo, entre ellas la valenciana DS2. "Intentamos demostrar que estos diseños se pueden emplear y que es rentable hacerlo", señala Castillo.

"¿Comienzan a tener influencia en las empresas de semiconductores estos diseños abiertos? Sí, pero lenta", decía Damjan Lampret cuando anunció, semanas atrás, la fabricación de su microprocesador. "Lo que comenzó en 1983 con el proyecto GNU [de software libre] comienza a ocurrir ahora con el hardware de fuente abierta, 20 años después".

Proyectos similares han seguido la estela de OpenCores, como Handasa Arabia, fundada en 2003 por Jamil Khatib, ingeniero palestino en una fábrica de Siemens en Ramalla. "El movimiento de código abierto es el resultado de la cooperación entre gente con experiencias y trayectorias muy diferentes, lo que permite la creación de mejores diseños", explica por correo electrónico. El sitio en Internet Open Collector recopila más de 4.000 referencias de diseños de hardware abierto.

"Para muchas pequeñas empresas, el hardware de código abierto significa una oportunidad para competir con las grandes compañías", explica Lampret. "Hasta ahora el coste de la propiedad intelectual ha sido una de las principales barreras para las pymes, pero si pueden participar en el juego esto aumentará la competencia y rebajará los precios, así que al final los consumidores saldrán beneficiados". Si un fabricante de chips se ahorra, gracias a un diseño abierto, el pago de licencias, puede rebajar el precio de coste de cada aparato hasta el 10%, explica Francisco Blasco de DS2.

Inconvenientes y ventajas de un nuevo reto

Trasladar la filosofía y los planteamientos del software libre a una tecnología dura como el hardware es complicado. Lampret lo reconoce: "Para depurar Linux sólo necesitas un PC, pero para depurar un diseño de hardware necesitas fabricar una placa FPGA, que cuesta unos 5.000 dólares".

A pesar de ello, la idea del hardware de código abierto ha prendido en algunas empresas, que han decidido donar a OpenCores sus diseños, como Silicore, Altera o ASICS.ws, o entre empresas que se han lanzado a utilizarlos, como Rosum o Flextonics.

ASICS.ws, fundada en Tailandia por el diseñador alemán de hardware Rudolff Useman es un ejemplo de compañía que ha adoptado el mismo modelo de negocio de las empresas de software libre como Red Hat o Cignus. Venden servicios y consultoría y más de 30 diseños libres, de diversas aplicaciones.

Hay tres inconvenientes para la aplicación empresarial, señala Blasco, de DS2: "Nadie te asegura que el procesador funcione bien, que las herramientas de diseño no tengan fallos y que no violes ninguna patente. No es el miedo a violar una patente, sino el simple hecho de que te pongan un pleito, aunque no lo pierdas, lo que puede echar para atrás, porque eso puede paralizar la producción".

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