Maragall: "Zapatero estuvo sometido a unas presiones inmensas y alocadas"

La exigencia de Pasqual Maragall para que el líder de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, dé al Gobierno español las explicaciones pertinentes sobre su entrevista con ETA se ha convertido en un claro desacuerdo entre ambos. Maragall reiteró ayer en la cadena SER esa exigencia como una condición imprescindible para un hipotético retorno de Carod al Gobierno catalán. En la misma entrevista, Maragall aseguró que Rodríguez Zapatero "estuvo sometido a unas presiones inmensas, un poco alocadas y desordenadas".

La decisión de Carod, que ayer dejó el Gobierno catalán tras 43 días com...

La exigencia de Pasqual Maragall para que el líder de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, dé al Gobierno español las explicaciones pertinentes sobre su entrevista con ETA se ha convertido en un claro desacuerdo entre ambos. Maragall reiteró ayer en la cadena SER esa exigencia como una condición imprescindible para un hipotético retorno de Carod al Gobierno catalán. En la misma entrevista, Maragall aseguró que Rodríguez Zapatero "estuvo sometido a unas presiones inmensas, un poco alocadas y desordenadas".

La decisión de Carod, que ayer dejó el Gobierno catalán tras 43 días como conseller en cap, ha puesto en evidencia que los socialistas catalanes mantienen una visión distinta a los del resto de España. Así, los barones del PSOE en Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura -Manuel Chaves, José Bono y José Luis Rodríguez Ibarra- apostaron por no permitir la vuelta de Carod al Gobierno: "Sería una burla a Zapatero", dijo Bono a Catalunya Ràdio.

En la entrevista que mantuvo Maragall con la cadena SER, y acerca de unas declaraciones del presidente de Extremadura, Rodríguez Ibarra, en las que aseguraba que Carod "no debe volver, no puede volver y no volverá al Gobierno de la Generalitat", Maragall dijo que "esa es una apuesta que hace él, pero aquí no estamos para hacer apuestas, sino para actuar en política". Desmintió que tras la crisis abierta en el tripartito catalán, dirigentes del PSOE "sondeasen" al alcalde de Hospitalet de Llobregat, Celestino Corbacho, para encabezar una lista socialista separada del PSC, si bien señaló que "quienes deben desmentirlo son quienes supuestamente lo hicieron".

A la pregunta de si se enfadó mucho con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando éste le instó a cesar al conseller en cap, Pasquall Maragall indicó que "no es que me enfadara; es que le dije con toda claridad que íbamos a hacer lo que teníamos que hacer y que no convenía al país que me obligara nadie a nada". "Rodríguez Zapatero estuvo sometido a unas presiones inmensas", continuó Maragall, "un poco alocadas y desordenadas y tenía el deseo de que eso no hubiera ocurrido, pero había ocurrido, había que corregirlo y era mejor que él no lo pidiera, porque nosotros lo íbamos a hacer igualmente a nuestro ritmo y a nuestro aire", aseveró, si bien precisó que de ese proceso con el líder del PSOE "no han quedado heridas".

Mientras, el primer secretario del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), José Montilla, insistió en la autonomía del PSC y dijo que "los consejeros de la Generalitat los nombra y los destituye su presidente, no desde Madrid, Toledo o mucho menos Mérida". Y aseguró que "Bono no representa al PSOE". Montilla calificó este "tenso" episodio de "discrepancia puntual", ya que "nunca estuvo en cuestión la autonomía del PSC ni su relación federal con el PSOE".

Montilla y Maragall sumaron ayer esfuerzos para dejar zanjada la crisis con el PSOE, que la pasada semana tanteó a dirigentes del PSC para elaborar una lista alternativa en Cataluña. El presidente del PSC y de la Generalitat instó a la dirección del PSOE a desmentir esos contactos que han enturbiado las relaciones entre ambos partidos, un asunto que los socialistas catalanes dieron ayer por cerrado.

Desde Esquerra Republicana (ERC), su diputado Joan Puigcercós consideró que los socialistas como José Bono deben dedicar su energía a "ganar las elecciones al PP". Mientras, desde Convergència o Unió (CiU), Josep Antoni Duran Lleida aseguró que la crisis del tripatito es inminente.

La supuesta autoridad del PSOE sobre el PSC -pues se trata de dos partidos federados- fue ayer invocada desde el Partito Popular por el presidente del Gobierno, José María Aznar, quien salió al paso de las declaraciones de Maragall en la cadena SER en las que éste aseguraba que el PP conducía a España a una situación de fractura similar a la de 1936.

Aznar calificó de "irresponsables" estas afirmaciones y dijo que "son tanto como decir que si a uno no le dan la razón se está dispuesto a volver a los tiempos de la Guerra Civil, nada menos". A su juicio, estas manifestaciones son "extraordinariamente graves y preocupantes", y deben ser "desautorizadas por quien, aparentemente, tiene responsabilidad dentro del Partido Socialista", en referencia al secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero.