Sanidad investiga una 'epidemia' de conjuntivitis en la nueva Maternidad

Más de 60 empleados, afectados por este mal

Más de 50 trabajadores de enfermería y un número indeterminado de médicos, celadores y otros profesionales de la nueva Maternidad de O'Donnell, inaugurada el pasado septiembre, han sufrido en los dos últimos meses conjuntivitis, irritación de garganta y otros trastornos leves, según el sindicato Satse. El hospital admite que seis empleados están de baja, pero destaca que ningún paciente se ha visto afectado y atribuye las dolencias a algún factor ambiental como el exceso de luz en el interior del hospital, algún problema en el aire o el uso de desinfectantes agresivos.

El primer niño al...

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Más de 50 trabajadores de enfermería y un número indeterminado de médicos, celadores y otros profesionales de la nueva Maternidad de O'Donnell, inaugurada el pasado septiembre, han sufrido en los dos últimos meses conjuntivitis, irritación de garganta y otros trastornos leves, según el sindicato Satse. El hospital admite que seis empleados están de baja, pero destaca que ningún paciente se ha visto afectado y atribuye las dolencias a algún factor ambiental como el exceso de luz en el interior del hospital, algún problema en el aire o el uso de desinfectantes agresivos.

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El primer niño alumbrado en la Maternidad de la calle de O'Donnell nació el 25 de septiembre pasado por cesárea y con excelente salud. Desde entonces la maternidad ha tenido un notable éxito asistencial: hoy nacen en él un 20% más de niños de lo previsto por la dirección del Gregorio Marañón, hospital del que depende la Maternidad.

La Maternidad es obra de los arquitectos Rafael Moneo y José María de la Mata, tiene nueve plantas, y su coste ha sido de 92 millones de euros (a los que hay que sumar otros 23 para equiparlo técnicamente). Cuando esté a pleno rendimiento dispondrá de 313 camas y 1.200 trabajadores.

La modernidad del edificio se ha visto empañada por un asunto que preocupa a los empleados y a la dirección del hospital: los casos de conjuntivitis, irritaciones de garganta y otros trastornos leves que afectan a varias decenas de empleados.

El sindicato de enfermería Satse dice que "entre 50 y 60 de los aproximadamente 450" profesionales de enfermería han sufrido uno o varios de estos trastornos. "Las molestias empezaron a finales de octubre, al mes de su inauguración. Primero fueron casos aislados, pero el número de afectados no ha parado de crecer desde entonces", explica un portavoz de Satse.

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Teresa Hernández Sampelayo, subdirectora médica del hospital, informó ayer de que hay "seis trabajadores, cuatro de enfermería y dos del resto de categorías laborales, de baja médica por conjuntivitis aguda".

El hospital quiere tranquilizar a los pacientes y sus familiares. "No tenemos registrado ningún caso entre los usuarios del hospital, por lo que parece que los trastornos se deben a algún factor ambiental que sólo afecta a las personas que pasan muchas horas durante varios días en el interior del edificio", explica Hernández.

El Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Gregorio Marañón ha abierto una investigación para aclarar el origen de los trastornos. "Lo que más nos preocupaba era que hubiera algún foco infeccioso, porque esto podría afectar a los pacientes. Afortunadamente, todos los análisis han dado negativo respecto a la presencia de bacterias u hongos", añade la subdirectora médica del hospital.

Tres hipótesis

El Servicio de Prevención busca ahora algo entre los factores ambientales que explique los trastornos. Tres son las hipótesis manejadas. La primera es que el edificio tenga un exceso de luminosidad por su diseño abierto, con grandes patios interiores y construido con materiales claros y que, por tanto, reflejan la luz. "Hemos medido la cantidad de luxes [unidad que mide la luz presente en un ambiente] por luz artificial y los resultados están dentro de lo aceptable. Aunque es cierto que el edificio recibe mucha luz natural que, tras muchos días, puede causar molestias. Tenemos que confirmarlo para tomar las medidas correctoras adecuadas", explica Hernández.

La segunda hipótesis es el uso de desinfectantes demasiado agresivos en la limpieza del hospital. "La sustancia usada es la misma que en el Gregorio Marañón desde hace muchos años. Es un desinfectante concentrado que debe diluirse en agua. Estamos investigando si la mezcla no se ha hecho correctamente", continúa Hernández.

La tercera hipótesis se refiere al sistema de aireación. La maternidad cuenta con un sistema informático central que controla toda la ventilación del edificio. El centro está dividido en una docena de áreas de ventilación independientes una de la otra, lo que evita que un problema en una se extienda al resto. "El aire se coge del exterior y se filtra para asegurar su inocuidad. El resultado es un aire muy puro y puede que excesivamente seco", dice la subdirectora médica.

El hospital asegura que ha tomado todas las medidas para garantizar que el ambiente en la Maternidad sea lo más sano posible. Antes de su inauguración fue contratada una empresa para que acreditara el buen funcionamiento de los sistemas de ventilación y limpieza del edificio. Además, el Servicio de Prevención realiza controles rutinarios para mantener el aire, el agua y todos los espacios del hospital libres de gérmenes.

Otro edificio del arquitecto español Rafael Moneo, el Museo de Arte Moderno de Estocolmo, se vio envuelto en otra polémica, debido a la acumulación de casos de dolores de cabeza, asma y reacciones alérgicas registrados entre los empleados a finales de 2001. Los responsables del museo sueco, que eximieron de responsabilidad a Moneo, atribuyen esos males a un hongo propagado por el sistema de ventilación, informa Ricardo Moreno. El museo, cerrado desde enero de 2002, será reabierto el próximo febrero.

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