Rato utiliza la precampaña para anunciar ayudas a la electrónica

El acuerdo negociado con Aniel prevé 30 millones en créditos

Con la crisis industrial ya encima de la mesa; las plantas catalanas de Philips y Samsung, a punto de cierre; el grifo de expedientes y deslocalizaciones, en goteo constante, y en plena precampaña electoral, el vicepresidente Rodrigo Rato desveló ayer en Sabadell (Barcelona) que el Gobierno ultima un acuerdo con el sector de la electrónica de consumo que ofrece más ayudas a la I+D y a la innovación. Éstas rondarán los 30 millones al año.

"El acuerdo podría cerrarse incluso la semana próxima", corroboró un portavoz del Ministerio de Ciencia y Tecnología, quien sólo pudo precisar que "inc...

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Con la crisis industrial ya encima de la mesa; las plantas catalanas de Philips y Samsung, a punto de cierre; el grifo de expedientes y deslocalizaciones, en goteo constante, y en plena precampaña electoral, el vicepresidente Rodrigo Rato desveló ayer en Sabadell (Barcelona) que el Gobierno ultima un acuerdo con el sector de la electrónica de consumo que ofrece más ayudas a la I+D y a la innovación. Éstas rondarán los 30 millones al año.

"El acuerdo podría cerrarse incluso la semana próxima", corroboró un portavoz del Ministerio de Ciencia y Tecnología, quien sólo pudo precisar que "incluye una línea de financiación basada en créditos y subvenciones por un valor de más de 30 millones de euros anuales".

La Asociación Nacional de Industrias Electrónicas y de Telecomunicaciones (Aniel), que engloba a la electrónica de consumo, aclaró varios aspectos. En primer lugar, que el acuerdo para fomentar el desarrollo de la investigación, el desarrollo y la innovación (I+D+i), que debe cerrarse precisamente a las puertas de la campaña para las elecciones del 14 de marzo, lleva gestándose desde después del verano. En segundo lugar, que "todavía quedan flecos pendientes y no está terminado, aunque creemos que está bien encaminado".

Aniel subrayó también que las negociaciones "en absoluto derivan de la situación puntual de crisis que se vive en Cataluña". Y, finalmente, que "no es un acuerdo que concierna específicamente a la electrónica de consumo", sino a todo lo que la patronal denomina "hipersector" (incluye la electrónica profesional y las telecomunicaciones).

En concreto, la electrónica de consumo supone un 5% del mercado de 43.381 millones de euros de la industria española de electrónica y telecomunicaciones, y el 15% de los 13.455 millones que mueve la industria de equipos y componentes.

Aniel, asociación en la que aparece como miembro Samsung, la multinacional que ha anunciado el cierre de su planta en Palau-Solità i Plegamans (Barcelona), consta de 160 miembros, con lo que unas ayudas de 30 millones de euros al año parecen más un pequeño empujón que un plan en toda regla. El sector es el que más puede presumir de invertir en innovación e I+D (1.181 millones de euros, según los últimos datos disponibles, de 2002, y que representan un 3% de la producción).

Deslocalización

Pero el contexto del anuncio fue propicio a Rato. No sólo por la contienda preelectoral y por las deslocalizaciones, sino por coincidir con las horas más amargas por las que ha atravesado hasta ahora el jovencísimo Gobierno de izquierdas de Cataluña, con apenas un mes de vida, a raíz de los contactos de Josep Lluís Carod Rovira, hasta ayer conseller en cap, con la cúpula de ETA.

Rato aprovechó su conferencia sobre los retos de la economía española en la sede del Banco Sabadell, en presencia del presidente de esta entidad, Josep Oliu, para echar más leña al fuego en el cruce de acusaciones políticas que ha provocado la agudización del proceso de deslocalizaciones.

"La inestabilidad política no atrae inversiones", espetó el vicepresidente económico en una conferencia ante empresarios catalanes, en la que abundó en las críticas que ya había vertido sobre el tripartito desde el Foro de Davos contra "el clima de enfrentamiento" y las "amenazas" que, según Rato, propone el Ejecutivo catalán. "Las crisis más caras no son las económicas, sino las políticas", subrayó.

Así, el anuncio del acuerdo, en un encuentro posterior con la prensa, sirvió para poner un contrapunto y una medalla al Gobierno: la Generalitat tendría que hacer "lo que estamos haciendo nosotros", recomendó, en lugar de "perder los nervios" y "no saber cómo reaccionar".

La reacción del consejero catalán de Trabajo e Industria, Josep Maria Rañé, fue contundente. Reprochó la "nula colaboración" del Gobierno con la Generalitat para trabajar juntos en lugar de hacer "un ejercicio de propaganda electoral". Alertó de que afrontar el cierre de empresas sólo con ayudas no basta para garantizar la permanencia de las empresas. Y cargó contra la "falta de previsión" ante la pérdida de productividad de la economía. El Observatorio de Industria creado hace dos años sólo se ha reunido dos veces.

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