Una exposición refleja en Vitoria la creciente diversidad cultural de la ciudad
El 4,6% de la población de Vitoria es inmigrante, uno de los porcentajes más bajos de España, pero significativo en una ciudad sensible a este fenómeno, por la relevancia que le ha dado siempre a la atención social. La exposición Vitoria-Gasteiz, encuentro de culturas, que ayer se inauguró en el Depósito de Aguas del Centro Cultural Montehermoso, trata de reflejar esta nueva Vitoria, con decenas de lenguas y culturas, muy lejos de aquella ciudad de mediados del siglo XX, en la que los curas con sotana paseaban en bicicleta por unas calles sin coches.
Precisamente, la fotografía q...
El 4,6% de la población de Vitoria es inmigrante, uno de los porcentajes más bajos de España, pero significativo en una ciudad sensible a este fenómeno, por la relevancia que le ha dado siempre a la atención social. La exposición Vitoria-Gasteiz, encuentro de culturas, que ayer se inauguró en el Depósito de Aguas del Centro Cultural Montehermoso, trata de reflejar esta nueva Vitoria, con decenas de lenguas y culturas, muy lejos de aquella ciudad de mediados del siglo XX, en la que los curas con sotana paseaban en bicicleta por unas calles sin coches.
Precisamente, la fotografía que recoge esta estampa recibe al visitante en un recorrido marcado por las referencias a las nuevas culturas que proceden de cinco continentes, representados por las imágenes de cinco jóvenes desnudos.
En este paseo virtual por las virtudes planetarias, a los africanos les ha correspondido la música. Una serie de instrumentos y de altavoces que recogen distintas melodías del continente representan sus aportaciones musicales.
Asia es la gastronomía. El arroz es el argumento para que el visitante se adentre en esas cocinas tan populares, donde caben los restaurantes chinos o el sushi.
De América se ha querido destacar el arte y la artesanía, desde las aportaciones precolombinas a Frida Kahlo. Y la referencia a la Europa inmigrante, la de los países extracomunitarios, llega con la diversidad de lenguas.
El recorrido concluye con un recuerdo más que necesario a las grandes religiones: hinduismo, islamismo, cristianismo o judaísmo conviven aquí sin problemas.