OPINIÓN DEL LECTOR

Carta abierta al alcalde de Sevilla

Como cada domingo, esta mañana he tomado mi bicicleta y me he ido al parque Infanta Elena. En el bolsillo, una bolsa de plástico y un par de guantes desechables. Finalidad: retirar los restos de basura dejados por los gamberros.

Hoy he dedicado a esta labor mas de veinte minutos. En la colina artificial que hay en el centro del parque y en el arenario y columpios próximos, he recogido siete botellas de cristal de licores diversos, 16 botellas de dos litros de plástico, tapones, medio centenar de vasos de plástico y algunas cosas mas que prefiero no detallar. He llenado cinco bolsas de b...

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Como cada domingo, esta mañana he tomado mi bicicleta y me he ido al parque Infanta Elena. En el bolsillo, una bolsa de plástico y un par de guantes desechables. Finalidad: retirar los restos de basura dejados por los gamberros.

Hoy he dedicado a esta labor mas de veinte minutos. En la colina artificial que hay en el centro del parque y en el arenario y columpios próximos, he recogido siete botellas de cristal de licores diversos, 16 botellas de dos litros de plástico, tapones, medio centenar de vasos de plástico y algunas cosas mas que prefiero no detallar. He llenado cinco bolsas de basura, y allí se han quedado apiladas, puesto que no hay papeleras.

Dentro del mismo parque, los restos de una hoguera. Como usted debe saber, hace ya muchos meses que el parque carece de servicio de vigilancia, y obviamente, también de servicio de limpieza. La situación, lamentablemente, no desentona lo mas mínimo de la que estamos acostumbrados a encontrar en nuestras calles.

Justo en frente de mi casa, existe un parque infantil que lleva inaugurado menos de un año, junto a la barriada de San Ildefonso, donde el mismo día que se plantaron fueron robados los rosales de los jardines. A tenor por el estado de suciedad y abandono en que se encuentra, hay que suponer que nunca ha sido limpiado desde entonces. Ni limpiado, ni reparado, ni regado, ni nada de nada.

Poco mas o menos igual a como se encuentra el canal cubierto que discurre separando la barrida de Alcosa y la Avenida República de China: restos de las fiestas de fin de año de varias pandillas, junto a una bañera que les sirve de asiento. También se pueden encontrar restos de la cosecha nocturna: cajas de cabinas telefónicas destripadas, espejos retrovisores, botellas de cerveza y licores, todo un muestrario que los asistentes foráneos al Palacio de Congresos no deberían de dejar de ver.

Estoy francamente irritado, y con el ánimo por los suelos. No se cuantos conciudadanos mas harán lo que yo, ir con un par de guantes desechables en el bolsillo. En cuanto a usted, tampoco se si los lleva, supongo que no. Pero le voy a pedir, o mejor exigir, como ciudadano y militante de izquierdas que soy desde que tengo uso de razón, que encuentre tiempo para visitar los tres lugares citados, y que actúe en consecuencia de conformidad con el ideario del partido político que representa y con los fines de servicio público que lo llevaron al puesto de representación que ocupa.

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