El Banco de Inglaterra se sienta en el banquillo por primera vez en 300 años

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El Banco de Inglaterra se sentó ayer en el banquillo por primera en sus 300 años. El Tribunal Supremo británico abrió en Londres el litigio de Deloitte & Touche en nombre de 6.500 depositantes británicos del BCCI (Banco de Crédito y Comercio Internacional) contra el Banco de Inglaterra, al que reclaman 1.000 millones de libras (cerca de 1.500 millones de euros) por haber actuado "con mala fe" porque conocía la mala situación del BCCI, pero no hizo nada.

El Banco de Inglaterra era también la autoridad del mercado financiero cuando en 1991 el BCCI protagonizó la mayor quiebra de la histor...

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El Banco de Inglaterra se sentó ayer en el banquillo por primera en sus 300 años. El Tribunal Supremo británico abrió en Londres el litigio de Deloitte & Touche en nombre de 6.500 depositantes británicos del BCCI (Banco de Crédito y Comercio Internacional) contra el Banco de Inglaterra, al que reclaman 1.000 millones de libras (cerca de 1.500 millones de euros) por haber actuado "con mala fe" porque conocía la mala situación del BCCI, pero no hizo nada.

El Banco de Inglaterra era también la autoridad del mercado financiero cuando en 1991 el BCCI protagonizó la mayor quiebra de la historia, con unas deudas de 15.000 millones de dólares.

Gordon Pollock, uno de los abogados más prestigiosos y caros de la ciudad -el que fuera defensor del cantante Elton John cobrará unas minutas de tres millones de euros por este caso, que puede durar entre 12 y 18 meses- no ha acusado de ineficacia al Banco de Inglaterra, porque la ley le considera inmune desde el punto de vista de la negligencia. Pollock acusa al banco de "abuso de poder", de haber actuado "con mala fe", de "haber cerrado los ojos y mirado hacia otro lado" porque conocía desde cuatro años antes de la quiebra la mala situación del BCCI, pero no hizo nada para no perder sus poderes como autoridad reguladora del sector bancario. Esa pérdida se produjo al cabo de unos pocos años, cuando, nada más llegar al Gobierno en 1997, los laboristas otorgaron al Banco de Inglaterra plena independencia en materia monetaria, pero transfirieron los poderes reguladores a una nueva autoridad, la FSA (Autoridad de Servicios Financieros).

El Banco de Inglaterra considera que la denuncia "no sólo está mal concebida, sino que es ultrajante" porque pone al nivel de estafadores y defraudadores a los 22 supervisores oficiales y demás empleados del banco. En el momento de los hechos, el banco estaba gobernado por Robin Leigh-Pemberton (ahora lord Kingsdown) y su número dos era Eddie George, que luego ha sido gobernador hasta hace unas semanas.

Desde la quiebra del BCCI en 1991, Deloitte & Touche ha llevado a cabo una agresiva campaña de denuncias judiciales que le ha llevado a recuperar buena parte del dinero perdido y casi el 75% de los depósitos de los clientes del banco en el Reino Unido. Pero el litigio contra el Banco de Inglaterra parece difícil de ganar precisamente porque los denunciantes han de demostrar que la autoridad reguladora actuó no ya con negligencia, sino con mala fe. El ex ministro y diputado laborista Keith Vaz, que ha hecho campaña a favor de los acreedores y empleados del BCCI, ha hecho un llamamiento para que se llegue a un acuerdo al margen de los tribunales y evitar así un proceso jurídico no sólo larguísimo, sino carísimo. Las costas van a superar los 150 millones de euros.

Sede del Banco de Inglaterra en Londres.ASSOCIATED PRESS

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