Visita histórica a Pakistán del primer ministro de India

El primer ministro de India, Atal Behari Vajpayee, llegó ayer a Islamabad para participar en la XII cumbre de la Asociación para la Cooperación Regional en el Sur de Asia (SAARC), en su segunda visita a Pakistán como jefe de Gobierno. El viaje de Vajpayee tiene lugar menos de nueve meses después del inicio de la normalización de relaciones entre los dos países, tras la tensión vivida después del atentado de diciembre de 2002 contra el Parlamento de Nueva Delhi, del que los indios acusaron a los paquistaníes. Estos negaron cualquier responsabilidad.

Dentro de las difíciles relaciones ent...

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El primer ministro de India, Atal Behari Vajpayee, llegó ayer a Islamabad para participar en la XII cumbre de la Asociación para la Cooperación Regional en el Sur de Asia (SAARC), en su segunda visita a Pakistán como jefe de Gobierno. El viaje de Vajpayee tiene lugar menos de nueve meses después del inicio de la normalización de relaciones entre los dos países, tras la tensión vivida después del atentado de diciembre de 2002 contra el Parlamento de Nueva Delhi, del que los indios acusaron a los paquistaníes. Estos negaron cualquier responsabilidad.

Dentro de las difíciles relaciones entre India y Pakistán tras la partición en dos Estados en 1947, Vajpayee viajó a Islamabad en 1978, cuando era ministro de Asuntos Exteriores, y posteriormente, ya como primer ministro, estuvo en Lahore en 1999.

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Vajpayee se mostró dispuesto a iniciar conversaciones en torno a la conflictiva región de Cachemira, aunque reconoció que la solución está todavía lejos. "Nuestra creencia, y es una creencia correcta, es que Jamú y Cachemira forman parte de India, pero estamos dispuestos a hablar de ello abiertamente", dijo el primer ministro.

Protección de Musharraf

Después de dos intentos fallidos de asesinato, EE UU ha aumentado la colaboración para mantener la seguridad del presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, que acaba de ser ratificado por el Parlamento hasta 2007, informó ayer el diario The Washington Post.

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EE UU ya había suministrado a Pakistán sistemas de interferencia electrónica que ayudaron a frustrar el primer atentado, al impedir el funcionamiento del artefacto que se utilizó contra Musharraf, uno de los aliados más estrechos de Washington contra el terrorismo. Agentes del FBI han sido enviados a Pakistán para ayudar a investigar los atentados, tras los cuales EE UU ha aumentado el uso conjunto de información de su espionaje con Islamabad.

En los atentados fallidos del 14 y el 26 de diciembre, por los que seis personas fueron detenidas ayer, murieron 15 personas y 45 resultaron heridas. El general Musharraf llegó al poder en un golpe de Estado incruento en octubre de 1999. La estabilidad y la cooperación con Pakistán, la más volátil potencia atómica del mundo, son vitales en la campaña de EE UU contra el terrorismo. Los servicios de espionaje estadounidenses creen que Osama Bin Laden y sus lugartenientes se ocultan en la región fronteriza de Pakistán con Afganistán y también están convencidos de que los atentados fueron organizados por Al Qaeda.

Según el diario estadounidense, el Ejército paquistaní tiene preparado un plan para, en caso de que a Musharraf le pasase algo, fuese inmediatamente reemplazado por el general Mohamed Yusaf Jan. Aunque el arsenal paquistaní está estrechamente controlado por el Ejército, la muerte del presidente podría provocar una revuelta instigada por los islamistas y el caos en un país de 153 millones de habitantes.

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