Hallado el cadáver de un segundo inmigrante en el buque 'Apollo Lion'

La tripulación descubrió el cuerpo días después de atracar en Pasaia

El mercante de bandera antillana Apollo Lion zarpó de Camerún hacia Pasaia (Guipúzcoa) el 29 de noviembre con 4.000 toneladas de madera y la perspectiva de una travesía tranquila, pero su navegación ha estado marcada por la tragedia. El 12 de diciembre, los miembros de la tripulación descubrieron el cadáver descompuesto de un polizón subsahariano que murió asfixiado al inhalar el dióxido de carbono que desprendían las maderas en una bodega cerrada. El 31, ya en Pasaia, sintieron de nuevo un fuerte olor en la misma bodega. Otro inmigrante había perdido la vida a bordo.

Los bombero...

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El mercante de bandera antillana Apollo Lion zarpó de Camerún hacia Pasaia (Guipúzcoa) el 29 de noviembre con 4.000 toneladas de madera y la perspectiva de una travesía tranquila, pero su navegación ha estado marcada por la tragedia. El 12 de diciembre, los miembros de la tripulación descubrieron el cadáver descompuesto de un polizón subsahariano que murió asfixiado al inhalar el dióxido de carbono que desprendían las maderas en una bodega cerrada. El 31, ya en Pasaia, sintieron de nuevo un fuerte olor en la misma bodega. Otro inmigrante había perdido la vida a bordo.

Los bomberos tuvieron que usar ayer una grúa para rescatar su cadáver. Al cierre de esta edición, se desconocían los resultados de la autopsia que esclarecerán las causas de su muerte.

El carguero, de 118 metros de eslora y tripulación lituana, atracó en Pasaia el 27 de diciembre, después de una travesía plagada de sobresaltos. En Douala, antes de zarpar de Camerún, se realizó un registro que acabó con la expulsión de once polizones. Poco después, en Dakar, la tripulación localizó a un menor de edad, que fue desembarcado.

Pero el drama sólo había empezado. El día 12, nada más partir del puerto senegalés, los marineros hallaron el cadáver de un subsahariano en una bodega cerrada herméticamente. Se comunicó la noticia a las autoridades y a la consignataria. Pero, contrariamente a toda lógica, el capitán, el ruso Igor Zaremba, recibió la orden de repostar en Las Palmas y no desembarcar los restos del fallecido hasta Ferrol (Galicia). Llevaba 21 días muerto cuando fue incinerado.

"Nunca piensas que puede haber tanto desprecio hacia un cadáver", criticó el portavoz de la Comisión de Ayuda al Refugiado (CEAR), Javier Galparsoro, que elevará una queja al Defensor del Pueblo. Cuando pronunció estas palabras aún no se había rescatado el cadáver del otro joven que, a su juicio, pudo fallecer hace más de un mes.

El cadáver del segundo inmigrante, ayer, en Pasaia, junto a uno de los troncos de la carga.JAVIER HERNÁNDEZ
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