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Amaya Zulueta se revela como poeta en 'El ala de la locura'

Manuel Amaya Zulueta (Cádiz, 1947) se dio a conocer como escritor con El león de oro, la novela ganadora en la primera edición del Premio Fernando Quiñones. Docente e investigador de la literatura española, este autor acaba de revelarse como poeta con el recién editado El ala de la locura, que obtuvo el premio Bahía. "Siempre me he considerado un poeta, desde chavalillo. Mis novelas, de hecho, son novelas de poeta y no de narrador puro y potente, tipo Cela. Lo que pasa es que me dediqué a vivir, y ahora que la literatura va desplazando a la vida, la literatura puede ser ese bálsa...

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Manuel Amaya Zulueta (Cádiz, 1947) se dio a conocer como escritor con El león de oro, la novela ganadora en la primera edición del Premio Fernando Quiñones. Docente e investigador de la literatura española, este autor acaba de revelarse como poeta con el recién editado El ala de la locura, que obtuvo el premio Bahía. "Siempre me he considerado un poeta, desde chavalillo. Mis novelas, de hecho, son novelas de poeta y no de narrador puro y potente, tipo Cela. Lo que pasa es que me dediqué a vivir, y ahora que la literatura va desplazando a la vida, la literatura puede ser ese bálsamo que cure las heridas y las frustraciones que acarrea el paso del tiempo", comenta Amaya Zulueta.

El origen de El ala de la locura se localiza, según sus propias palabras, en una experiencia traumática: "En el año 90 perdí a un ser muy querido. Durante años me estuve mirando al espejo y me decía: '¿Si no eres capaz de escribir un solo verso de esa conmoción, entonces qué coño de poeta eres?' Y al final fui capaz de componer este poemario", recuerda. A Amaya Zulueta no parece estorbarle la etiqueta de barroco con que la crítica ha venido acogiendo su producción. Para él, se trata de algo natural y propio a su condición andaluza: "Pienso que el barroco es nuestra gran cultura, todo lo andaluz lo es. Y no sólo puede verse en Góngora o en los pintores del XVII. Desde los ternos de los toreros a los mantos de las vírgenes, ¿puede haber algo más barroco? Para mí, esa palabra señala un modo de profundizar en la realidad, de estar en la vida, a través de la palabra", afirma.

Barroco

Ese barroco es para Amaya Zulueta un modo de establecer afinidades literarias. "Autores como Octavio Paz o Lezama Lima me llegan muy adentro. En cambio, esa prosa azoriniana, la de los 'angloaburridos' como la llama un amigo mío, me llega muy poco. Si anteponen la historia al estilo, sabiendo que todas las historias ya están maravillosamente contadas por Hollywood, peor para ellos", dice el autor.

Por otra parte, Amaya Zulueta reconoce sentir su poesía "más cercana a lo que en literatura siempre se ha llamado expresionismo, un intento de deformación de la realidad, premeditado e incluso abstracto, con vetillas de simbolismo y hasta neorromanticismo", asegura. Poco pródigo en publicaciones, el autor dice padecer "la, no sé si mala, fortuna de publicar sólo cuando" concursa. "Alguno de mis libros recuerda quizá a épocas de la literatura que quizá ya hayan pasado, puesto que mi poesía tiene rasgos de la que se escribía hace 15 años. Algunos lectores pueden incluso reconocer en mis versos el influjo de autores u obras que aún no se habían dado a conocer cuando yo ya los había escrito", concluye Amaya Zulueta.

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