Reportaje:

'Vinilos' que hicieron época

5.000 personas acuden a la Feria Internacional de Coleccionismo Discográfico y Cinematográfico

"Yo vengo a por el de la brague-ta de verdad"; "pues yo quiero el Father Christmas"; "hay que fijarse bien, que los hay muy curradillos, ¿eh?". Semejante intercambio de frases se oían a primeras horas de la mañana de ayer en los alrededores del hotel Convención, de la calle de O'Donnell. A las once en punto se abrió la puerta de la Feria Internacional de Coleccionismo Discográfico y Cinematográfico, que celebró en Madrid su edición número 21. Los expositores colocaron en sus puestos los discos, fotos y otras rarezas del material discográfico más buscado por los coleccionistas. Ac...

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"Yo vengo a por el de la brague-ta de verdad"; "pues yo quiero el Father Christmas"; "hay que fijarse bien, que los hay muy curradillos, ¿eh?". Semejante intercambio de frases se oían a primeras horas de la mañana de ayer en los alrededores del hotel Convención, de la calle de O'Donnell. A las once en punto se abrió la puerta de la Feria Internacional de Coleccionismo Discográfico y Cinematográfico, que celebró en Madrid su edición número 21. Los expositores colocaron en sus puestos los discos, fotos y otras rarezas del material discográfico más buscado por los coleccionistas. Acudieron 5.000 personas.

El Father Christmas es un extraño sencillo de los Kinks, de inicios de los ochenta, con dos canciones que nunca incluyeron en LP, y el que el hablaba de la "bragueta de verdad" se refería al disco Sticky fingers, de los Rolling Stones, cuya portada original, diseñada por Andy Warhol, incluía una cremallera verdadera que, al abrirse de la bragueta dejaba ver un calzoncillo. El disco, publicado en los últimos años del franquismo, no pasó aquí la censura, que originó otra portada: unos dedos sangrientos y pegajosos saliendo de una lata de conservas que fue luego más cotizada fuera de España.

La música de The Beatles concentró la atención de muchos especialistas

En la feria, el ejemplar de la bragueta real se podía comprar por 35 euros, pues, según uno de los expositores que vendía alguna copia, se trata de un disco que "en su tiempo se fabricó mucho". Otra edición del mismo disco, realizada en Chekia, con sólo la cremallera fotografiada, valía 15 euros.

En otro stand, Juan Carlos Sancho vendía orgulloso por 100 euros la copia española con la portada de la lata, con su libreto interior incluido y en perfecto estado. Por su parte, el curioso villancico de los Kinks se vendía en varios puestos entre 10 y 15 euros, según su estado de conservación.

The Beatles ocuparon buena parte de la atención de la feria. Varios puestos estaban dedicados en exclusiva al cuarteto de Liverpool, de la mano de Beatlemanía, una tienda de Sevilla regentada por Enrique Sánchez, un enfervorizado fan de Paul McCartney, John Lennon, George Harrison y Ringo Starr. Entre LP, fotos, CD, entradas y carteles sobre los llamados cuatro fantásticos vendía, además, un sillón hinchable por 60 euros decorado con la estética del submarino amarillo.

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