"A los tiburones hay que entenderlos", dice el director de 'Deep blue'
Alastair Fothergill presenta el documental en Sitges
El director de Deep blue negó que la película tenga una voluntad ecologista. "Abiertamente, no", se sinceró. Y precisó que la cinta es más bien una "invitación" al público "a apreciar la belleza de la naturaleza y a que comparta con el equipo de rodaje experiencias difíciles".
Además de esos momentos duros, la principal dificultad del rodaje fue, según el director, el impedimento de ajustarse a un guión preestablecido -"lo escribimos, pero fue como un sueño: nos sirvió de muy poco"-, ya que la naturaleza es libre, no funciona al dictado de las conveniencias del cine. Por ello, co...
El director de Deep blue negó que la película tenga una voluntad ecologista. "Abiertamente, no", se sinceró. Y precisó que la cinta es más bien una "invitación" al público "a apreciar la belleza de la naturaleza y a que comparta con el equipo de rodaje experiencias difíciles".
Además de esos momentos duros, la principal dificultad del rodaje fue, según el director, el impedimento de ajustarse a un guión preestablecido -"lo escribimos, pero fue como un sueño: nos sirvió de muy poco"-, ya que la naturaleza es libre, no funciona al dictado de las conveniencias del cine. Por ello, contó Fothergill, a menudo tuvo que cargarse de paciencia, la virtud primordial de un documentalista del género, a su juicio. "Lo más importante", dijo, "es resignarse a que pase el tiempo sin que nada ocurra, y eso es particularmente pesado en el océano abierto, ya que allí no se tienen referencias acerca de la inminencia de un suceso". Sin embargo, añadió, ese esfuerzo hace que luego "uno se sienta más orgulloso del resultado final". Y si de algo el director está contento es de que en Deep blue "no hay simplemente animales, sino que los animales que aparecen están haciendo cosas".