OPINION DEL LECTOR

Retrasos poselectorales

Desde hace semanas, y coincidiendo, casualmente, con la finalización de la campaña electoral, los usuarios de la línea 10 de metro venimos soportando retrasos casi diarios de más de media hora en el trayecto Puerta del Sur-Fuencarral. Estas deficiencias se producen en la hora punta de la mañana, entre las 7.00 y las 9.00, cuando más necesario es el servicio, más perjudiciales son los retrasos para la reputación de los trabajadores en sus respectivas empresas y más agobiante y claustrofóbica resulta la experiencia de viajar hacinado en un vagón.

En este sentido me gustaría, además de den...

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Desde hace semanas, y coincidiendo, casualmente, con la finalización de la campaña electoral, los usuarios de la línea 10 de metro venimos soportando retrasos casi diarios de más de media hora en el trayecto Puerta del Sur-Fuencarral. Estas deficiencias se producen en la hora punta de la mañana, entre las 7.00 y las 9.00, cuando más necesario es el servicio, más perjudiciales son los retrasos para la reputación de los trabajadores en sus respectivas empresas y más agobiante y claustrofóbica resulta la experiencia de viajar hacinado en un vagón.

En este sentido me gustaría, además de denunciar esta situación, pedirles que se ocupen informativamente del asunto (el sur y el subsuelo también existen, y no sólo para las páginas de sucesos). Asimismo, me gustaría proponer a la dirección de Metro de Madrid una iniciativa que puede contribuir a paliar un poco los efectos indeseados de las averías y problemas en las líneas de metro: por favor, publiquen al día siguiente en los diarios de mayor tirada un anuncio reconociendo la existencia de problemas en el servicio. Creo que sería como una especie de multa y, a buen seguro, una forma de demostrar ante nuestros jefes, que no suelen acudir al centro de trabajo en transporte público, que nuestro retraso ha sido involuntario.

Por último, me gustaría aprovechar para señalar la deficiente cobertura informativa que EL PAÍS realiza sobre problemas que, como el del transporte, afectan a la vida cotidiana de los trabajadores, de los estudiantes y de la gente corriente. En mi opinión, la brecha que separa el cuadernillo de Madrid y la realidad de la mayoría es cada vez más creciente, algo que ya se aprecia desde hace tiempo en el periódico que usted dirige, cosa que es más imperdonable, si cabe, en el caso de un suplemento regional. En fin, hay otros mundos además del principesco, y no menos glamurosos y estupendos.

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