RADIOGRAFÍA DE LAS CARRETERAS DE ACCESO A LA CAPITAL / 1

"Se necesitan dosis de paciencia y dinero para gasolina"

Antonio Cabrerizo emplea 45 minutos desde Las Rozas

Antonio Cabrerizo, empresario madrileño de 36 años y sufridor diario de los atascos de la carretera de A Coruña, vive en Las Rozas desde 1997 con su esposa y sus dos hijas de cuatro años y 17 meses. El lunes pasado la carretera "no iba mal", y aún así tardó 45 minutos en llegar desde su casa, situada en Monte Rozas (a unos 20 kilómetros de Madrid), a su negocio de limpieza textil, en la calle de Donoso Cortés. "Se necesitan grandes dosis de paciencia y algo más de dinero para gasolina si decides vivir en estos pueblos. Aún así, no cambiaría mi residencia, sobre todo por las niñas", dice.
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Antonio Cabrerizo, empresario madrileño de 36 años y sufridor diario de los atascos de la carretera de A Coruña, vive en Las Rozas desde 1997 con su esposa y sus dos hijas de cuatro años y 17 meses. El lunes pasado la carretera "no iba mal", y aún así tardó 45 minutos en llegar desde su casa, situada en Monte Rozas (a unos 20 kilómetros de Madrid), a su negocio de limpieza textil, en la calle de Donoso Cortés. "Se necesitan grandes dosis de paciencia y algo más de dinero para gasolina si decides vivir en estos pueblos. Aún así, no cambiaría mi residencia, sobre todo por las niñas", dice.

"El problema es que continúan edificando viviendas a un ritmo imparable y con ellas llegan más coches. A este paso, por muchas carreteras que construyan se seguirán llenando", opina. A las ocho y media de la mañana, después de tomar un café rápido en la cocina y despedirse de su familia, coge el coche y parte hacia Madrid. A las 8.40 está en marcha. "Ahora veremos", anuncia cuando se pone al volante, "porque depende mucho del día, nunca sabes muy bien lo que te vas a encontrar. Unas veces el tráfico va más o menos fluido, y otras va fatal".

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A los ocho minutos de estar en camino, Antonio encuentra los primeros problemas a la altura del kilómetro 18: los coches empiezan a pisar el freno y se paran. Hay tráfico lento, pero hoy se circula. "Algunos días, cuando tengo reuniones temprano, prefiero dejar el coche aparcado y coger el autobús. Sabes que en 20 minutos estás en Madrid". Una vez se llega a la incorporación a la M-40, el atasco desaparece por unos minutos. Son las nueve en punto y Antonio sigue en la carretera de A Coruña, camino del trabajo. En el kilómetro 8 se reanudan los problemas y los vehículos vuelven a pararse.

A las 9.20, Antonio deja atrás el intercambiador de Moncloa. Desde ahí hasta su trabajo ya es pan comido. En otros cinco minutos aparca frente a su negocio, en la calle de Donoso Cortés. "Hoy ha estado bien, y eso que he tardado 45 minutos, que se dice pronto".

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