OPINION DEL LECTOR

Las alas de Villaverde

Me gustaría aportar algún dato al reportaje Las alas de Villaverde. Yo debo de ser una de esas alas a las que no alude el reportaje. He nacido en Villaverde y el piso que con mucho esfuerzo me he comprado con mi pareja (el piso es nuevo, ni robado ni lo hemos ocupado) nos lo hemos comprado aquí.

Tengo 29 años y jamás me he drogado, jamás he estampado un coche en ningún escaparate, jamás he hecho carreras de coches, jamás le he robado nada a nadie... podría seguir pero sería muy aburrido.

¿Vivo en el mundo de los yuppies? No creo, conozco la realidad de mi barrio (co...

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Me gustaría aportar algún dato al reportaje Las alas de Villaverde. Yo debo de ser una de esas alas a las que no alude el reportaje. He nacido en Villaverde y el piso que con mucho esfuerzo me he comprado con mi pareja (el piso es nuevo, ni robado ni lo hemos ocupado) nos lo hemos comprado aquí.

Tengo 29 años y jamás me he drogado, jamás he estampado un coche en ningún escaparate, jamás he hecho carreras de coches, jamás le he robado nada a nadie... podría seguir pero sería muy aburrido.

¿Vivo en el mundo de los yuppies? No creo, conozco la realidad de mi barrio (con dos trabajadores sociales y una educadora social como mejores amigos, creo que me sobra realidad), pero no sólo de mi barrio, sino de medio Madrid si exceptuamos, como siempre, la zona norte.

Lo que quiero que conste es que hay más realidades en Villaverde, la de la gente como yo, joven, emprendedora y con un proyecto de futuro.

Quizá si en vez de tanta fuentecita y obelisco, rotondas infumables o semáforos absurdos, si ese dinero fuese a parar a otras manos habría menos familias desestructuradas y más motivación de superación por parte de la juventud.

Gracias a quien sea no vengo de un padre ludópata y una madre borracha, mi realidad es otra, como la de otros muchos jóvenes.

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Con reportajes como éste volvemos a la típica frase ya olvidada de mis años en los bajos de Moncloa de "¿Eres de Villaverde? Jolín qué chungo, no me hagas nada". ¡Ah! Y mi sueño no es salir de allí, como estos dos periodistas cierran el artículo.

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