ELECCIONES EN CATALUÑA

El 'sprint' final de los candidatos

La campaña que más expectación ha levantado en los 23 años de autonomía catalana tocó ayer a su fin. Han sido 15 días probablemente más provechosos que en anteriores ediciones. Los sondeos subrayan que hay muchos indecisos y los trackings de los partidos mayoritarios (encuestas diarias que marcan las tendencias del electorado) no muestran nítidamente quién cruzará primero la meta, si el socialista Pasqual Maragall o el convergente Artur Mas, aunque otean una ligera ventaja del primero.

Ninguno de estos dos candidatos perdió ayer impulso. Maragall presentó las 10 medidas que tomar...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La campaña que más expectación ha levantado en los 23 años de autonomía catalana tocó ayer a su fin. Han sido 15 días probablemente más provechosos que en anteriores ediciones. Los sondeos subrayan que hay muchos indecisos y los trackings de los partidos mayoritarios (encuestas diarias que marcan las tendencias del electorado) no muestran nítidamente quién cruzará primero la meta, si el socialista Pasqual Maragall o el convergente Artur Mas, aunque otean una ligera ventaja del primero.

Ninguno de estos dos candidatos perdió ayer impulso. Maragall presentó las 10 medidas que tomará si llega al Gobierno de la Generalitat. Lo hizo en el estilo propositivo que le ha caracterizado a lo largo de la campaña. Mas prefirió la retórica nacionalista y el homenaje a su mentor, Jordi Pujol. Eso sí, ante un público entusiasta -unas 15.000 personas- que aplaudió a rabiar en el pabellón del Joventut de Badalona al candidato convergente y sus invectivas a la competencia política.

El último mitin de Maragall fue más sobrio en adjetivos, en asistencia de público -echó el resto anteayer, con los 20.000 seguidores del Palau Sant Jordi- y más selecto en cuanto a escenario: el modernista teatro Fortuny de Reus. Sus 10 compromisos concretos de gobierno van desde la constitución de la ponencia parlamentaria que redacte el borrador del futuro Estatut de Cataluña, hasta el plan de choque de inversiones para la enseñanza, pasando por el aumento de dotación de mossos en el área metropolitana de Barcelona y Tarragona.

Mas, en cambio, expresó su desconfianza en que Rodríguez Zapatero apoyase la reforma del Estatut que salga del Parlament. "Cualquier intervención del PSOE será para diluir el contenido" del nuevo texto en el que deben tener un gran peso los nacionalistas, auguró en un guiño a Esquerra Republicana. Ésa fue una muestra más de esa compleja pero explicable relación de amor odio que ha practicado CiU hacia Esquerra en esta campaña. El electorado fronterizo entre ambas formaciones es el motivo de la disputa.

Por eso ayer, el cabeza de lista de ERC, Josep Lluís Carod, defendió su territorio y el que consiguió a costa de la sangría convergente en las pasadas municipales. El dirigente republicano pidió a los catalanes que el domingo depositen su confianza en él como candidato del partido de los presidentes Macià y Companys: "Votad con el corazón y sin miedo a la libertad". Ante 1.500 personas y en el recinto ferial de Girona, Carod aseguró que su partido "no es el monaguillo ni el criado de nadie". "La vieja Cataluña de CiU y PSC se ha acabado", al igual, dijo, que la época en que los catalanes debían escoger entre "una derecha catalana que es más derecha que catalana y una izquierda española que es más española que izquierda".

El llamamiento a los abstencionistas llegó del Partido Popular. Josep Piqué pidió que los votantes que confían en el PP en las generales lo hagan también en las autonómicas para evitar un futuro gobierno de nacionalistas o de izquierdas. Pero las pesadillas de Piqué son los sueños de Joan Saura. Y el candidato de ICV-EUiA aseguró preferir estar en el Gobierno catalán con 7 diputados que en la oposición con 10 escaños, dijo. La solución, mañana.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO
Pasqual Maragall (PSC), en Reus.C. RIBAS

Archivado En