Hernández Mendizabal presenta en el KM una antológica de sus diseños

La historia cultural de San Sebastián y otras localidades de Guipúzcoa podría escribirse a través de los trabajos de Tomás Hernández Mendizabal (San Sebastián, 1940), diseñador gráfico, cartelista e ilustrador, que ha creado la imagen de algunos de los eventos más destacados de las últimas décadas. Suyos son los carteles que utilizó el Festival de Cine de San Sebastián en 1969 o en 1994 para llevar al público a las salas. Y el del Jazzaldia de 1970, y el de las regatas de traineras del 79 y el de los carnavales. La suya ha sido una fecunda trayectoria con proyección pública que ahora sintetiza...

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La historia cultural de San Sebastián y otras localidades de Guipúzcoa podría escribirse a través de los trabajos de Tomás Hernández Mendizabal (San Sebastián, 1940), diseñador gráfico, cartelista e ilustrador, que ha creado la imagen de algunos de los eventos más destacados de las últimas décadas. Suyos son los carteles que utilizó el Festival de Cine de San Sebastián en 1969 o en 1994 para llevar al público a las salas. Y el del Jazzaldia de 1970, y el de las regatas de traineras del 79 y el de los carnavales. La suya ha sido una fecunda trayectoria con proyección pública que ahora sintetiza el centro cultural Koldo Mitxelena en una exposición.

La muestra, ubicada en la Ganbara, reúne algunos de los trabajos más representativos del creador; carteles, ilustraciones realizadas para libros y revistas, logotipos, dibujos en plumilla y hasta dos maquetas, porque Hernández Mendizabal ha extendido el diseño gráfico hasta la pintura y la escultura, como explicó ayer el comisario de la exposición Edorta Kortadi. Sus trabajos como cartelista están marcados por su fuerza cromática y "una figuración casi expresionista, un tanto deformada y manierista", según Kortadi. El propio Hernández Mendizabal, vinculado a tres importantes industrias gráficas hasta su reciente jubilación, añade una pista para comprender estas constantes de su obra. "Siempre me llamaron la atención los carteles de Tolousse-Lautrec. Fue alguien fundamental porque me abrió una luz para mi trabajo", reconoció ayer.

Sin embargo, el artista donostiarra ha protagonizado una trayectoria personalísima, animado en parte por su amigo el escultor Jorge Oteiza, con quien compartió preocupaciones artístas y desvelos sobre el País Vasco, como puede verse en una de las cartas que le remitió el escultor donostiararra y que ahora se muestra en el KM. "Él me dijo que no me preocupara, que todos nos parecemos a todos y que siguiera mi línea", explicó. "Sus enseñanzas siempre estarán en mí. Esta exposición es un homenaje a Oteiza", dijo. "Mi recuerdo y mi agradecimiento a tí, Jorge".

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