OPINIÓN DEL LECTOR

Fiesta en Gran Vía

He vivido gran parte de mi vida en el número 42 de la Avenida Medina Azahara y espero con anhelo la culminación de la intervención urbanística en Gran Vía Parque. Intervención que va a devolver calidad de vida ciudadana a este espacio cordobés. Aún recuerdo con muchísima nostalgia el gran bulevar de árboles que presidía Medina Azahara. El imperio del coche y del franquismo se llevó por delante el magnífico paseo. Eran los tiempos en que Castilla del Pino escribió el famoso artículo sobre Córdoba y secuestraron la revista Triunfo. De forma que la recuperación de Gran Vía Parque dejando u...

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He vivido gran parte de mi vida en el número 42 de la Avenida Medina Azahara y espero con anhelo la culminación de la intervención urbanística en Gran Vía Parque. Intervención que va a devolver calidad de vida ciudadana a este espacio cordobés. Aún recuerdo con muchísima nostalgia el gran bulevar de árboles que presidía Medina Azahara. El imperio del coche y del franquismo se llevó por delante el magnífico paseo. Eran los tiempos en que Castilla del Pino escribió el famoso artículo sobre Córdoba y secuestraron la revista Triunfo. De forma que la recuperación de Gran Vía Parque dejando un solo carril-coche y promoviendo la convivencia ciudadana lo vivo como un acto festivo, más cuando se cumplen por estas fechas los 25 años de la Constitución. Es una recuperación de la tan citada memoria histórica. Comparto la apuesta de Francisco Montemayor: "El objetivo es tener un gran bulevar peatonal".

Un viario con muchos carriles para coches es una fuente de ruidos, de contaminación y de peligro de atropellos para niños y mayores. Un viario de este tipo tiene ya la misma categoría que un almacén de residuos o que una industria ruidosa, y los vecinos no lo queremos en la cercanía de nuestras casas. Las ventajas no compensan los riesgos. Los americanos le llaman estrategia Nimby ("not in my backyard"), o sea, no en el patio trasero de mi casa. El desear que una intervención en zona tan poblada y tan inmersa en el tejido urbano se haga en función del automóvil es propio de arquitectos que navegan en un urbanismo decimonónico y provinciano.

Lo dice el recién aprobado Segundo Plan Estratégico de Córdoba: "Prácticamente hemos cedido la mitad de la ciudad al transporte. Siendo el 40% el espacio que dedicamos a infraestructuras para el tráfico rodado. Siendo un espacio que se entrega permanentemente cuando sólo se rentabiliza en la hora punta". Tampoco debemos olvidar que en el año 2000 se superaron los umbrales de alarma por contaminación de ozono durante 125 días en Gran Vía Parque. Esta contaminación es producida fundamentalmente por el tráfico motorizado. Si hay menos carriles-coche, hay menos expectativas para los coches, el tráfico disminuye y la salud ciudadana aumenta.

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