La boda real obligará a reducir las obras previstas en la capital antes del verano

La comitiva del Príncipe recorrerá una ciudad en la que cada día hay 700 zanjas simultáneas

La ciudad "arreglada" que le pidió el Rey al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, como escenario de la boda entre el príncipe Felipe y Letizia Ortiz tiene abiertas simultáneamente cada día una media de 700 zanjas. Además, en la época en la que se prevé que se celebre el evento coincidirán en la capital varias obras de envergadura y la renovación del pavimento de zonas emblemáticas. Por eso, el gobierno municipal está dispuesto a "adelantar o retrasar" los trabajos en función de las necesidades de la Casa Real, para que los invitados "no encuentren una zanja a cada paso".

Una zanja...

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La ciudad "arreglada" que le pidió el Rey al alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, como escenario de la boda entre el príncipe Felipe y Letizia Ortiz tiene abiertas simultáneamente cada día una media de 700 zanjas. Además, en la época en la que se prevé que se celebre el evento coincidirán en la capital varias obras de envergadura y la renovación del pavimento de zonas emblemáticas. Por eso, el gobierno municipal está dispuesto a "adelantar o retrasar" los trabajos en función de las necesidades de la Casa Real, para que los invitados "no encuentren una zanja a cada paso".

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Una zanja a cada paso es, más o menos, lo que encuentra un ciudadano normal cuando pasea por Madrid cada día: una gran brecha urbana que suma 18 kilómetros de longitud y contra la que la Concejalía de Medio Ambiente y Servicios a la Ciudad -que incluye el área de obras en la vía pública- tiene previsto librar una de sus principales batallas en esta legislatura. La boda de los Príncipes de Asturias, que se celebrará probablemente a finales del próximo junio y citará en Madrid a miembros de las casas reales de toda Europa, va a ser el primer desafío a ese empeño.

"Si es necesario, anticiparemos o retrasaremos algunas obras que afecten a zonas emblemáticas por donde vaya a pasar la comitiva", afirma la concejal de Medio Ambiente, Paz González. "Intentaremos reducir al mínimo la concesión de licencias de obra en las semanas previas al evento en distritos como Centro, Retiro o Salamanca, para que los invitados no encuentren una zanja a cada paso", añade un portavoz de su concejalía.

Estación de Sol

La obra más aparatosa, la que abrirá en canal la Puerta del Sol para construir una macroestación de cercanías, ya ha comenzado, y estará en pleno apogeo allá por junio. Pero esa obra depende del Ministerio de Fomento, no del Ayuntamiento, y el ministerio no ha mostrado, por el momento, intención de paralizarla. Tampoco parece que vaya a alterarse el ritmo del desmontaje del scalextric de Cuatro Caminos, que sí depende del Ayuntamiento y que podría crear serios problemas de tráfico en la zona durante los próximos meses.

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También son del gobierno municipal sendos planes especiales de renovación de servicios públicos que Medio Ambiente tenía previsto acometer el año próximo en la plaza Mayor y en una zona de Chamberí. Esas obras implican levantar todo el pavimento, renovar el cableado y los conductos de agua, electricidad y gas que discurren bajo tierra o "grapados en fachadas", volver a taparlo todo y reponer mobiliario urbano y alumbrado público.

Cuando esas obras -que pueden durar entre 20 días y dos meses- estén terminadas, ninguna empresa podrá volver a abrir el suelo de las dos áreas citadas en cuatro años, salvo para reparar averías y realizar acometidas de servicios a nuevos inquilinos. El problema es que los dos planes coinciden con la época en la que, según está previsto, cientos de ilustres invitados y los reales novios recorrerán el centro de Madrid tras celebrarse la boda en la catedral de la Almudena.

"Lo más probable es que se retrasen hasta después del verano. Podríamos adelantarlo, pero resultaría muy arriesgado: cualquier problema climatológico o técnico nos crearía un problema enorme: tendríamos nada menos que la plaza Mayor de Madrid patas arriba a los ojos del mundo entero", admite un portavoz de Medio Ambiente. Lo mismo sucede con el plan de renovación de servicios previsto para Chamartín, que afectará a la zona delimitada por las calles de Génova, Santa Engracia (aunque estas dos calles no se tocarán), Zurbarán y Montesquinza.

Pero no todo puede adelantarse o retrasarse en función de la Casa Real. Las 700 zanjas simultáneas que puede contar un paseante cada día en Madrid son en muchos casos difícilmente controlables. Aproximadamente el 60% se abren para reparar averías: son las más numerosas, pero también las más pequeñas, de unos cinco metros de longitud; otro 20% son calas -zanjas abiertas para realizar las acometidas nuevas de servicios-, que miden 15 metros de media. Y el último 20% son grandes canalizaciones de 100 metros o más. La reparación de averías no puede paralizarse, pero Medio Ambiente sí planea "contener" la concesión de licencias para el resto de las obras durante el "mes o mes y medio" previo a la boda real.

Hecho histórico

En cualquier caso, el evento no sólo causará cambios en la política de obras. Madrid vivirá cuatro días de festejos, y el Ayuntamiento ya ha empezado a organizar la comisión especial, dirigida por la edil popular Ana Román, que coordinará la ejecución de todo lo relacionado con la boda desde el gobierno municipal. El primer teniente de alcalde, Manuel Cobo, insistió ayer, tras la reunión de la Comisión de Gobierno, en que "el Ayuntamiento hará todo lo que esté en su mano para contribuir a que un hecho histórico indudable como éste salga lo mejor posible".

El recorrido urbano que realizarán don Felipe y su futura esposa "no se ha decidido todavía", pero hay algo claro: "Vamos a estar perfectamente coordinados con la Casa Real para que nos vaya marcando cuáles son los deseos y la idea que tienen de estos recorridos".

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