Crítica:

Moscú en el diván

En los últimos años, autores rusos como Alexandra Marínina, con su popular serie de la detective Kaménskaya (Planeta), o españoles como Olga Merino, con su imprescindible Cenizas rojas (Ediciones B), han permitido a los lectores en español conocer de primera mano la más palpitante actualidad social de Rusia. La llegada ahora de Anna Dankóvtseva (Tambov, 1961) gracias a la eficaz traducción de Helena-Diana Moradell es una excelente oportunidad para completar ese panorama donde la ficción criminal y la sociología se dan la mano. Un paso en falso cuenta con el atractivo añadido de...

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En los últimos años, autores rusos como Alexandra Marínina, con su popular serie de la detective Kaménskaya (Planeta), o españoles como Olga Merino, con su imprescindible Cenizas rojas (Ediciones B), han permitido a los lectores en español conocer de primera mano la más palpitante actualidad social de Rusia. La llegada ahora de Anna Dankóvtseva (Tambov, 1961) gracias a la eficaz traducción de Helena-Diana Moradell es una excelente oportunidad para completar ese panorama donde la ficción criminal y la sociología se dan la mano. Un paso en falso cuenta con el atractivo añadido del fascinante mundo de la psicoterapia rusa en los años posteriores a la perestroika.

Ksenia Pávlovna es una terapeuta moscovita en cuya vida aparecen, al mismo tiempo, un extraño temor a la muerte y un atractivo paciente empeñado en ser atendido precisamente por ella. Lo previsible de la trama no resta en absoluto credibilidad o interés al argumento. La sociedad moscovita (aquí quedan muy claros sus rasgos distintivos frente al resto del país) genera y merece acercamientos como esta interesantísima novela en la que hay mucho de documento y de revisión de valores históricos o culturales.

UN PASO EN FALSO

Anna Dankóvtseva

Traducción de

Helena-Diana Moradell

Acantilado. Barcelona, 2003

248 páginas. 15 euros

La historia del género negro es una continua vulneración de sus reglas. En este caso se agradece especialmente porque Dankóvtseva, rebaja muy bien la tentadora grasilla de la moralina logrando un texto equilibrado y ágil. Combinando una perspectiva exógena con el yo de solventes personajes, combate con éxito el frecuente ensimismamiento que incluso las mejores intrigas suelen padecer, de modo que el resultado es un estupendo ejercicio de ficción sobre la prosaica realidad de la vida.

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