F. Villalonga
Invitado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el político valenciano y ex conseller de Cultura, Ferrán Villalonga, actualmente director general de la Fundación Telefónica, pronunció el martes pasado una conferencia sobre La nueva Constitución europea y el País Valenciano. Villalonga se refirió críticamente al texto de la Constitución, elaborada por la Convención presidida por Giscard d'Estaing. Según el político valenciano, supone un paso atrás en la configuración de la Europa de las regiones. Y añadió que ello se debía al carácter jacobino de D'Estaing, que no cree...
Invitado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País, el político valenciano y ex conseller de Cultura, Ferrán Villalonga, actualmente director general de la Fundación Telefónica, pronunció el martes pasado una conferencia sobre La nueva Constitución europea y el País Valenciano. Villalonga se refirió críticamente al texto de la Constitución, elaborada por la Convención presidida por Giscard d'Estaing. Según el político valenciano, supone un paso atrás en la configuración de la Europa de las regiones. Y añadió que ello se debía al carácter jacobino de D'Estaing, que no cree mucho en la descentralización. Quisiera añadir que en esa decisión de abandonar el concepto de la "Europa de las regiones", que se aplicó en un principio a la Comunidad Económica Europea, nacida en 1957 con el Tratado de Roma, participaron representantes españoles del PP en la Convención, como Gabriel Cisneros o Íñigo Méndez de Vigo. A Aznar, eso de las regiones no le gustaba, prefería que se hablase de la "Europa de los Estados y de los ciudadanos". Y es que d'Estaing no le gana a jacobino a nuestro primer ministro. Si por Aznar hubiese sido, el Estado de las autonomías no habría existido. Recuérdese sus críticas a la Constitución en aquellos artículos publicados en la prensa riojana. Para Aznar, como se está viendo, su España es la "una, grande y libre". Villalonga defendió la presencia de las comunidades autónomas en Bruselas con representación propia, y poder defender directamente sus intereses ante la UE en todo lo referente a sus competencias. "Es difícil", dijo, "que un Estado pueda defender intereses de regiones tan distintas como la valenciana o la castellana y andaluza en el marco de la Política Agraria Comunitaria". Y abogó por una Constitución con sensibilidad europea y periférica, que reconozca la diversidad cultural y un mayor reconocimiento para el valenciano-catalán que hablan doce millones de personas. No cabe duda que esta conferencia pronunciada en el Centro Cultural Bancaixa supone un soplo de aire fresco en el anquilosado y raquítico mundo político-cultural valenciano. Hay que felicitar a la Económica del País por haber organizado este acto.