Los institutos alemanes prevén una mejora de la economía en 2004, aunque con más paro

El PIB crecerá un 1,7% después del estancamiento con que se cerrará 2003

Los seis institutos de investigación económica de más prestigio en Alemania publicaron ayer su informe de otoño sobre la situación del país y aventuran un pronóstico para 2004 que se puede resumir en una frase: ligera mejoría dentro de la gravedad. La economía alemana parece haber tocado fondo, pero se recupera con más lentitud de la deseable. A duras penas se vislumbra una franja de luz en el fondo de un túnel que dura ya tres años. Los institutos consideran que "no se puede hablar de una expansión". Así, la economía crecerá el próximo año el 1,7% y aumentará el paro.

Tras un estancami...

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Los seis institutos de investigación económica de más prestigio en Alemania publicaron ayer su informe de otoño sobre la situación del país y aventuran un pronóstico para 2004 que se puede resumir en una frase: ligera mejoría dentro de la gravedad. La economía alemana parece haber tocado fondo, pero se recupera con más lentitud de la deseable. A duras penas se vislumbra una franja de luz en el fondo de un túnel que dura ya tres años. Los institutos consideran que "no se puede hablar de una expansión". Así, la economía crecerá el próximo año el 1,7% y aumentará el paro.

Tras un estancamiento absoluto para este año, con crecimiento cero, los seis institutos pronostican que la economía alemana crecerá un 1,7% del PIB el año próximo. Este porcentaje coincide justo con la media de crecimiento de los países de la Unión Europea (UE). Por tanto, no se puede hablar de que Alemania vaya a desempeñar de nuevo en 2004 el papel de locomotora de la UE.

Al mismo tiempo, los institutos echan un poco de agua al vino de la recuperación al constatar que ese 1,7% de crecimiento se debe en parte a que en el año 2004 cuatro festivos caen en días no laborables. Si se depura ese factor, el crecimiento real del PIB sería sólo un 1,1%, que dista mucho de lo necesario para reducir el número de parados. Por este motivo, los institutos pronostican incluso un incremento del paro para 2004: se pasará de los 4,393 millones de este año, un 10,4% de la población activa, a 4,448 millones, un 10,5%.

Por su parte, el endeudamiento de Alemania alcanzará el 65,5% del producto interior bruto (PIB) en 2004, frente al 63,9% del año actual. En 2004, Alemania superará por tercera vez consecutiva el límite del déficit público que fijó la Unión Europea (UE) en Maastricht del 3% del PIB.

Mientras los profesores presentaban sus cifras ante la prensa en Berlín, el canciller federal, el socialdemócrata Gerhard Schröder, se dirigía a una asamblea de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), una de las organizaciones patronales más fuertes. Ante los empresarios, Schröder se agarró al clavo ardiente del 1,7% de crecimiento que pronostican los institutos económicos para intentar imbuir un poco de optimismo.

Al mismo tiempo, Schröder aprovechó la ocasión para hacer campaña a favor de sus planes de reformas. Ante los empresarios, apeló Schröder a la democracia cristiana (CDU/CSU) a no bloquearlas en la segunda cámara legislativa, el Bundesrat, donde la oposición cuenta con una mayoría suficiente para frenar las leyes aprobadas en el Parlamento Federal (Bundestag). Según Schröder, un bloqueo de las reformas "tendría consecuencias fatales para Alemania".

Los institutos económicos consideran que las reformas son un paso en la dirección correcta, pero no se ponen de acuerdo sobre cómo financiar la reforma fiscal que preconiza el Gobierno. Aquí la doctrina se divide. Tres institutos insisten en que no se pueden aumentar el endeudamiento y el déficit público, y los otros tres se muestran más tolerantes, sin aceptar que por ello se les califique de keynesianos.

Con precisión formulan los institutos el problema que afronta la política financiera alemana, una auténtica cuadratura del círculo difícil de resolver: "Reducir el elevado déficit de los presupuestos públicos, lograr una considerable rebaja de los impuestos y cargas fiscales, y estimular la coyuntura económica". El que resuelva el problema puede presentar su candidatura al Premio Nobel de Economía.

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