Las lagunas legales espolean el desembarco masivo de 'chiringuitos' financieros en España

La CNMV ha investigado a 400 entidades que no requieren autorización para asesorar

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha investigado a 400 entidades por no tener autorización para prestar servicios de inversión en España desde que descubrió la existencia, hace 10 años, de los llamados chiringuitos financieros. Y, ahora, el regulador ha ampliado el alcance de sus advertencias sobre firmas que carecen de permiso para actuar en España. En 2003, los avisos suman 74. La decisión refuerza la batalla contra unas sociedades que, ante la inquietud de países como Reino Unido, se instalan en España aprovechando que aquí no necesitan estar registradas para dar a...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha investigado a 400 entidades por no tener autorización para prestar servicios de inversión en España desde que descubrió la existencia, hace 10 años, de los llamados chiringuitos financieros. Y, ahora, el regulador ha ampliado el alcance de sus advertencias sobre firmas que carecen de permiso para actuar en España. En 2003, los avisos suman 74. La decisión refuerza la batalla contra unas sociedades que, ante la inquietud de países como Reino Unido, se instalan en España aprovechando que aquí no necesitan estar registradas para dar asesoramiento financiero.

Más información

La ausencia de una normativa única sobre servicios de inversión en la Unión Europea está debilitando la batalla contra los chiringuitos financieros (entidades que operan sin autorización), que cada vez extienden más sus tentáculos internacionales y que se ven alentados por la globalización de las comunicaciones.

La actual directiva que en la UE regula los servicios financieros no establece la obligatoriedad de contar con un permiso o de estar en un registro para aquellas entidades que sólo se dediquen a ofrecer su asesoramiento en materia de inversión, sin realizar intermediación. Es el argumento con el que la CNMV ha podido hasta hoy cubrirse las espaldas por el hecho de que tampoco en España sea necesaria una autorización, y también para rechazar que pueda hablarse de "un vacío legal español".

Sin embargo, un grupo de países activos en el control de los chiringuitos, como Reino Unido, Irlanda, Alemania y Austria, sí contemplan en sus legislaciones este requisito de autorización. Y, en particular, el vecino británico y su regulador (la Financial Securities Authority, FSA) han compartido su inquietud con el organismo que preside Blas Calzada.

El origen de esta preocupación reside en que España -como Hungría y algunas zonas de Portugal- está atrayendo a Europa occidental un nuevo tipo de chiringuito y de fraude hasta hace poco circunscrito a algunos países asiáticos, como Tailandia. En este nuevo tipo de fraude, los estafadores abordan telefónicamente desde España a inversores anglosajones, ya vivan éstos en Reino Unido, Australia, Singapur o Japón. Las víctimas no saben que se les llama desde aquí. Según corrobora la CNMV, como en el caso del chiringuito tradicional, la mayor implantación se da en Barcelona, bajando por el litoral mediterráneo hasta llegar a la Costa del Sol.

La estafa clásica consiste en ofrecer acciones de empresas americanas que en muchos casos existen (en otros no) y a las que supuestamente les espera una revalorización espectacular por motivos diversos como una salida a Bolsa que no es tal, explican fuentes policiales. Los embaucadores suelen ser jóvenes nativos o anglohablantes y que han sido captados con la promesa de suculentas comisiones.

"Sol y proximidad"

¿Por qué en España y, sobre todo, por qué en Barcelona? "Sol, costes, proximidad con Europa, facilidad para reclutar anglohablantes y buenas comunicaciones", explican fuentes del organismo regulador. Sin denuncia en las manos, con estafados extranjeros residentes en otros países y con un delito cometido fuera de España, la policía sostiene que carece de "capacidad operativa ni legal para actuar", según fuentes del grupo de delitos económicos y financieros de la Jefatura Superior de Policía.

Este tipo de operadores globales, que en España cuentan con un puñado de auténticos profesionales de la venta, contrarrestan el ligero descenso en la actividad y en las denuncias relacionadas con los chiringuitos tradicionales no autorizados que estafan a pequeños inversores españoles. La policía atribuye este descenso al susto que tuvieron los ahorradores hace dos años con el escándalo de la sí autorizada agencia de valores Gescartera, en el que unos 1.500 afectados vieron cómo se evaporaban 108 millones de euros.

Con el esquema de funcionamiento de estas nuevas entidades, que la policía denomina boiler rooms y que cambian de nombre con la misma rapidez con la que se desmantelan para reaparecer en otra ubicación, se vuelve clave la autorización para poder dar asesoramiento mediante un auténtico asalto telefónico que, según inspectores consultados, puede tener más éxito por la presión y persecución insoportable al inversor que por lo atractivo de la oferta.

Los boiler rooms son "estafadores que operan gracias a unas comunicaciones globalizadas, una fachada aparentemente creíble, con web incluida, ciertos conocimientos financieros, facilidad para esconderse y moverse y que utilizan un sistema de venta de alta presión", explica Justin Webster. Junto a Stephen Oliver, Webster realizó hace unos meses una pionera investigación periodística sobre este tipo de fraudes. Su documental para Channel 4 muestra cómo uno de los periodistas se infiltró en un chiringuito radicado en Barcelona, supuestamente llamado Franklin Asset Management, tras responder a un anuncio en el que se buscaba televendedores que quisieran hacer dinero.

En este trabajo, responsables del regulador británico, la FSA, subrayan que de las 40 advertencias sobre sociedades no autorizadas que han realizado, al menos 10 están en Barcelona. La FSA también sostiene la "conciencia de un vacío legal" en España que tienen las autoridades españolas y al que le "gustaría poner remedio", y responde con un "por supuesto" cuando se le pregunta si el regulador británico, con el que el español mantiene "buena relación", "está presionando" al español para que refuerce sus mecanismos de control.

Fuentes de la CNMV niegan que pueda hablarse de "vacío legal" en España. Pero sí admiten que el no necesitar autorización para el asesoramiento financiero complica la lucha contra este tipo de fraudes. "La UE está dando pasos para uniformizar la regulación", añaden las fuentes consultadas, en alusión a la revisión de la directiva de servicios financieros. Ésta se prevé para finales de este año, pero, aunque este plazo se cumpliera, deberá recorrer el posterior largo camino de las transposiciones al cuerpo legal de cada Estado miembro.

Más información al público

Por ahora, y tras los contactos con la FSA, España ha dado un paso más en su lucha contra los chiringuitos, en la que la transparencia y la información son esenciales en Europa. Desde que en 1998 amplió sus competencias en la materia, la CNMV sólo podía hacer públicas advertencias sobre sociedades de las que tuviera pruebas de que prestan servicios de inversión sin estar autorizadas. Pero el pasado 9 de octubre el comité ejecutivo del regulador extendió sus advertencias a las entidades de las que tuviera meros "indicios o sospechas", subrayando que este paso no se daba por un aumento de las entidades no autorizadas.

Tras este reciente anuncio, la CNMV añadió el pasado 15 de octubre cuatro nuevas sociedades a la lista de 70 sobre las que se advierte al público. Pero, en lo que va de año, el regulador sólo ha expedientado por operar sin permiso a una entidad (Assinfi Class, domiciliada en Manresa, Barcelona). En el pasado, había expedientado a 17.

En su web, el regulador también informa a los inversores de las advertencias que realizan sus equivalentes europeos sobre firmas que pueden o no operar en España. Estos avisos suman 44 desde febrero de 2002 y, aunque en algunos casos cada uno de ellos alerta sobre una única sociedad, en otros puede apuntar contra varias decenas. En total, en el último año y medio, aparece un listado de un centenar largo de nombres, que en algunos casos se repiten.

Archivado En