Las sociedades 'trocean' su actividad y dejan aquí una oficina de asesoramiento

De media, la CNMV estima que un chiringuito financiero capta un centenar de clientes, y que cada uno de ellos pone, también de media, 12.000 euros. Pero estas cifras hay que tomarlas con pinzas, porque disfrazan casos mucho más graves. Por ejemplo, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorro y Seguros (Adicae) explica que una de las firmas más controvertidas, llamada Dinámica Directiva e instalada en Barcelona al menos desde hace seis años, captó a 500 clientes, con una inversión media por cliente de 60.000 euros.

Esta sociedad, administrada por Angelica Heis y que, segú...

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De media, la CNMV estima que un chiringuito financiero capta un centenar de clientes, y que cada uno de ellos pone, también de media, 12.000 euros. Pero estas cifras hay que tomarlas con pinzas, porque disfrazan casos mucho más graves. Por ejemplo, la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas de Ahorro y Seguros (Adicae) explica que una de las firmas más controvertidas, llamada Dinámica Directiva e instalada en Barcelona al menos desde hace seis años, captó a 500 clientes, con una inversión media por cliente de 60.000 euros.

Esta sociedad, administrada por Angelica Heis y que, según Adicae, ha captado muchos ahorros de inversores residentes en Madrid a través del telemarketing, ha sido sancionada dos veces por la CNMV e investigada por la policía a raíz de un alud de denuncias. El caso se ha estrellado contra la justicia: hace poco menos de un año, el juez se inhibió del caso, que, según su parecer, compete a la Audiencia Nacional. Esta decisión fue recurrida por Heis y nada se ha movido desde entonces, corroboran policía y regulador. "Sigue operando e incluso detectamos un incremento de su actividad", asegura Adicae.

La evolución de Dinámica Directiva ilustra cómo se han sofisticado las prácticas de estas firmas y, de rebote, cómo se complica el rastreo de los fraudes. Primero, operaba como un chiringuito puro y duro: guía telefónica en mano, buscaba a potenciales inversores, a los que se prometía hacer ricos invirtiendo su dinero en mercados de opciones y futuros en EE UU. Pero al sentir el aliento de los inspectores en el cogote, pasó a trocear su actividad en una cadena con presencia internacional, y dejó en España una mera oficina de asesoramiento.

Elevadas comisiones

"Para asesorar no se necesita licencia", subraya en Barcelona Pablo Yubera, Inspector Jefe del Grupo de Delitos Económicos y Financieros de la Jefatura Superior de la Polícia de Cataluña. Y añade: "Cuando el cliente sospecha que le estafan, la oficina de asesoramiento está cubierta, al no responsabilizarse de la inversión".

Esa oficina sólo capta al inversor, pero el dinero se transfiere a una segunda sociedad, en el extranjero, e incluso a una tercera y "al final de la cadena, que en cada caso implica el pago de comisiones arbitrarias, a veces de hasta el 40% y de las que no se informa al cliente, hay un broker en un paraíso fiscal que, en teoría, canaliza la inversión a un mercado de futuros. Aunque todo fuera legal, no se sabe si el dinero, y menos cuánto, llega allí".

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