Detenido el supuesto autor del crimen de los novios de Valdepeñas en 1993

Una mano hasta ahora sin rostro acabó el 20 de junio de 1993 con las vidas de Ángel Ibáñez, de 24 años, y su novia, Sara Dotor, de 20. Los cuerpos fueron hallados en el parque municipal de Valdepeñas (Ciudad Real), cosidos a cuchilladas. El llamado crimen de los novios parecía que iba a engrosar definitivamente la cuenta de los casos pendientes. Hasta ayer, 10 años, 3 meses y 19 días después. Gustavo Romero, de 31 años, vecino de la localidad y conocido de las víctimas, fue detenido por la policía y ha confesado que se proponía robarles mientras les amenazaba con una navaja, pero que los mató ...

Una mano hasta ahora sin rostro acabó el 20 de junio de 1993 con las vidas de Ángel Ibáñez, de 24 años, y su novia, Sara Dotor, de 20. Los cuerpos fueron hallados en el parque municipal de Valdepeñas (Ciudad Real), cosidos a cuchilladas. El llamado crimen de los novios parecía que iba a engrosar definitivamente la cuenta de los casos pendientes. Hasta ayer, 10 años, 3 meses y 19 días después. Gustavo Romero, de 31 años, vecino de la localidad y conocido de las víctimas, fue detenido por la policía y ha confesado que se proponía robarles mientras les amenazaba con una navaja, pero que los mató porque le reconocieron.

Romero fue detenido en Valdepeñas por agentes del Cuerpo Nacional de Policía de la localidad y de Ciudad Real. Los policías iban casi a tiro hecho. Hace unos meses habían localizado una navaja con restos de sangre en un pozo de una huerta donde tras años de investigación ininterrumpida y el golpe de suerte de una confidencia tenían el convencimiento de que se habían ocultado pruebas del crimen.

El arma fue hallada en el fondo del pozo por un equipo de buceadores de los Grupos Especiales de Operaciones (GEO). Las pesquisas apuntaron a Romero, quien poco después del hallazgo de los cadáveres de Sara y Ángel se había ido del pueblo. Durante varios años estuvo viajando y se acomodó en Canarias, según fuentes de la investigación, pero hace unos cinco volvió a Valdepeñas. Romero se hundió en la comisaría y confesó ser el autor del crimen. El móvil, según la policía, fue "exclusivamente el robo", aunque luego se desencadenó "una situación violenta al ser reconocido por las víctimas".

Ocurrió la noche del 19 al 20 de junio de 1993. Ángel, trabajador de una firma de aire acondicionado, y Sara, costurera, habían salido a las 21.30 del pub Gala para dar un paseo por el parque municipal. Antes se pasaron por una heladería de la calle Seis de Junio, la arteria principal de Valdepeñas, sobre las 11 de la noche. La pareja fue abordada en el parque, muy cerca de la vía del tren. Ángel intentó resistirse (tenía muchos cortes y arañazos en los brazos) y defender a su novia. Cayó a 60 metros de distancia de Sara, cuyo cadáver estaba semidesnudo. Eso hizo pensar que había sido víctima de una agresión sexual, pero hasta ahora no hay indicios en ese sentido.

El caso pareció resuelto en octubre de 1993, cuando la Guardia Civil detuvo a siete jóvenes en la localidad toledana de Sonseca. Pero fueron liberados. Interior hizo un llamamiento a la desesperada en el año 2000 y ofreció una recompensa de 25 millones de pesetas. Nada, hasta ahora.

El detenido mantuvo su declaración ante la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Valdepeñas, Lucía Legido, quien lo ha enviado a la cárcel y ha decretado el secreto del sumario. "Sabemos que hay muchas pruebas contra él", declaró ayer José Luis Olmedilla, quien durante todos estos años ha sido el portavoz de las familias Ibáñez y Dotor. "La familia ha sido informada, sobre la una y cuarto, en la Subdelegación del Gobierno en Ciudad Real", explicó ayer Olmedilla, quien precisó que saben que el detenido es "miembro de un familia normal". Fuentes de la investigación indican que las tres familias se conocen, algo normal en una localidad de unos 27.000 habitantes.