"Yo vi cómo el herido no paraba de correr sangrando por toda la plaza" afirma un testigo

"Yo vi cómo el herido no paraba de correr sangrando por toda la plaza", afirmaba anoche uno de los testigos del crimen de Lavapiés, que añadió: "Pedía auxilio gritando para que alguien le curara". Después, el herido se desplomó en medio de la plaza de Lavapiés tras haber dejado un gran reguero de sangre. Fue la consecuencia del intento de atraco que sufrió el inmigrante filipino Renato Salazar Alindaros, de 51 años, vecino de Lavapiés, que mató ayer a medianoche de varias puñaladas al joven marroquí de unos 25 años que algunos vecinos identificaron como Bachir Auami; también hirió de graveda...

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"Yo vi cómo el herido no paraba de correr sangrando por toda la plaza", afirmaba anoche uno de los testigos del crimen de Lavapiés, que añadió: "Pedía auxilio gritando para que alguien le curara". Después, el herido se desplomó en medio de la plaza de Lavapiés tras haber dejado un gran reguero de sangre. Fue la consecuencia del intento de atraco que sufrió el inmigrante filipino Renato Salazar Alindaros, de 51 años, vecino de Lavapiés, que mató ayer a medianoche de varias puñaladas al joven marroquí de unos 25 años que algunos vecinos identificaron como Bachir Auami; también hirió de gravedad a un compañero de la víctima que intentó ayudarle en el asalto.

Según una portavoz de la Jefatura Superior de Policía, Renato Salazar se encontraba minutos antes de la medianoche en una tienda de telefonía móvil cerca de la plaza de Lavapiés. Cuando se adentró en la plaza, le abordaron dos inmigrantes marroquíes que le pidieron todo el dinero que llevara. El filipino sacó un machete de grandes dimensiones y comenzó a apuñalar a sus atacantes.

Según fuentes policiales, Auami recibió una puñalada mortal en el tórax. "Todo ha sido muy rápido y el que llevaba el machete daba puñaladas a diestro y siniestro", señaló otro testigo. La víctima, que iba indocumentada, portaba un auto judicial con varias filiaciones, por lo que la policía desconocía anoche su verdadera identidad. Iba vestido con pantalón y chaqueta vaquera y calzaba zapatillas deportivas.

Su compañero, menor de edad, de unos 17 años, según la documentación que portaba, recibió una puñalada que le afectó el estómago. Fue trasladado por una ambulancia del Samur-Protección Civil con pronóstico grave a la clínica de la Concepción.

La policía detuvo al inmigrante filipino y lo trasladó a la comisaría de Centro para ser interrogado.

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