AL VOLANTE | PRUEBA

Cambio en el volante

Aunque las medidas compactas del C2 y su flexibilidad interior le convierten en un utilitario ideal para la ciudad, el nuevo Citroën ofrece también una serie de matices deportivos, tanto estéticos como dinámicos, que refuerzan su atractivo entre los conductores más jóvenes.

La personalidad del C2 se refuerza en el acabado deportivo VTR, que incluye adornos aerodinámicos, suspensiones más enérgicas, llantas de aleación grandes de 15 pulgadas y otros detalles, como unas tapicerías muy coloristas.

Si a esto le unimos el moderno cambio secuencial SensoDrive, con programa de uso autom...

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Aunque las medidas compactas del C2 y su flexibilidad interior le convierten en un utilitario ideal para la ciudad, el nuevo Citroën ofrece también una serie de matices deportivos, tanto estéticos como dinámicos, que refuerzan su atractivo entre los conductores más jóvenes.

Deportividad y cambio secuencial

La personalidad del C2 se refuerza en el acabado deportivo VTR, que incluye adornos aerodinámicos, suspensiones más enérgicas, llantas de aleación grandes de 15 pulgadas y otros detalles, como unas tapicerías muy coloristas.

Más información

Si a esto le unimos el moderno cambio secuencial SensoDrive, con programa de uso automático y, sobre todo, con accionamiento manual en el volante o en la palanca, el resultado es un mini-GTI con mucho gancho que confirma sus pretensiones cuando se conduce. Es muy fácil de manejar, e incluso la versión 1.4 de gasolina y 75 CV responde con nervio y carácter al acelerador y resulta divertido y gratificante para el conductor. Ofrece un tacto suave; es elástico en ciudad, porque tiene fuerza desde apenas 1.500 revoluciones, y se estira por encima de las 6.000 vueltas. Además, con el cambio SensoDrive de cinco velocidades, que ahora presenta un accionamiento más suave y rápido, enlaza las marchas en un suspiro y permite al conductor concentrarse en el volante sin tener que pisar el pedal de embrague (no tiene).

Las cifras de aceleración no son brillantes, pero en la práctica da la sensación de correr más y ofrece unas prestaciones más que suficientes para viajar a buen ritmo. Además basta pulsar un botón para seleccionar el modo automático y no tener que cambiar, una solución ideal para la ciudad o para cuando se desee. El sistema incluye una gestión electrónica para optimizar los consumos, que son correctos: seis litros a ritmos tranquilos y alrededor de ocho en ciudad y en conducción deportiva estirando las marchas.

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Agilidad y carácter

El comportamiento dinámico es acorde también con la imagen. El C2 es un coche ágil y manejable que destaca por su facilidad de conducción. Las suspensiones del acabado VTR son deportivas, pero no sacrifican la comodidad y ofrecen un compromiso muy conseguido entre estabilidad y confort. Y sobre todo convierten al pequeño Citroën en un mini-GTI muy dinámico que se conduce con dos dedos. La dirección es suave y precisa, se agarra muy bien en las curvas y responde con la solidez de un coche más grande. Así, resulta muy efectivo en zonas viradas y sinuosas, incluso si la carretera no está en buen estado. Y a pesar de su tamaño tiene unas reacciones nobles; destaca por su aplomo en trazados rápidos, autovías..., y frena muy bien, especialmente con el ABS opcional (sólo de serie en el 1.6 16v. de 110 CV).

El Citroën C2 es un coche agradable y divertido de conducir que hace sentirse a gusto y seguro desde el primer momento.

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