Un islamista, alcalde de la ciudad marroquí de Meknes
Por primera vez una gran ciudad de Marruecos, Meknes, tendrá un alcalde islamista. Bubker Belkura, un granjero, fue elegido alcalde el pasado fin de semana con los votos de sus concejales del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) y de una retahíla de pequeñas formaciones. Meknes, a unos 140 kilómetros al este de Rabat, tiene 440.000 habitantes.
Los islamistas también podrían, según su diario At Tajdid, conquistar, gracias a algunas alianzas, la alcaldía en otras ciudades más pequeñas como Tiznit, Kenitra, Kasar el Kebir, Temara, etcétera.
En los comicios mun...
Por primera vez una gran ciudad de Marruecos, Meknes, tendrá un alcalde islamista. Bubker Belkura, un granjero, fue elegido alcalde el pasado fin de semana con los votos de sus concejales del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) y de una retahíla de pequeñas formaciones. Meknes, a unos 140 kilómetros al este de Rabat, tiene 440.000 habitantes.
Los islamistas también podrían, según su diario At Tajdid, conquistar, gracias a algunas alianzas, la alcaldía en otras ciudades más pequeñas como Tiznit, Kenitra, Kasar el Kebir, Temara, etcétera.
En los comicios municipales del 12 de septiembre, el PJD sólo se presentó, por decisión propia o por indicación de las autoridades, en el 18% de los ayuntamientos, sobre todo en las circunscripciones urbanas. Allí donde concurrió fue, generalmente, el partido más votado -en Meknes obtuvo la mayoría relativa- hasta el punto de que se convirtió en la segunda fuerza electoral urbana por detrás del Istiqlal y por delante de los socialistas, los grandes perdedores de la consulta.
La prensa del Istiqlal y la del Partido del Progreso y del Socialismo (PPS, ex comunista) instó estos días al Ministerio del Interior marroquí a intervenir para impedir la elección de Belkura. La pasividad de las autoridades, denunciaba el diario Al Bayane, "está en contradicción con el que debe de ser su papel".
"Está claro que se quiere ofrecer al PJD un campo de experimentación de lo que puede ser una gestión integrista de la ciudad y, de paso, brindarle así una especie de compensación por su comprensión" al reducir drásticamente su participación en las municipales, concluía el periódico.