No a la sanidad privada
El día 3 de agosto llevamos a urgencias del hospital San Rafael a mi sobrina Lucía, de 4 meses. Presentaba un cuadro de insuficiencia respiratoria y taquicardia; nos mandaron a casa, a pesar de que persistían unos extraños espasmos abdominales.
El cuadro empeoró de forma alarmante, por lo que regresamos al día siguiente por la mañana. La radiografía mostraba un aumento del tamaño del corazón y sombras en los pulmones; nos dejaron en la sala de observación mientras se iban a comer, con un tratamiento que era a todas luces ineficaz.
La pediatra advirtió la gravedad de su estado, av...
El día 3 de agosto llevamos a urgencias del hospital San Rafael a mi sobrina Lucía, de 4 meses. Presentaba un cuadro de insuficiencia respiratoria y taquicardia; nos mandaron a casa, a pesar de que persistían unos extraños espasmos abdominales.
El cuadro empeoró de forma alarmante, por lo que regresamos al día siguiente por la mañana. La radiografía mostraba un aumento del tamaño del corazón y sombras en los pulmones; nos dejaron en la sala de observación mientras se iban a comer, con un tratamiento que era a todas luces ineficaz.
La pediatra advirtió la gravedad de su estado, avisaron a una UVI móvil de Sanitas, y a otra del Insalud a petición nuestra. La UVI del Insalud tardó cerca de dos horas; la de Sanitas, a día de hoy ignoramos si ha llegado.
La niña llegó a La Paz en un estado lamentable. Hoy, mi sobrina, diagnosticada de una miocarditis dilatada, evoluciona favorablemente, tras haber estado ingresada dos semanas en la UCI pediátrica de La Paz, donde se salvó gracias a un excelente equipo de médicos y enfermeras, entre los que quiero destacar al doctor F. Goded.
Fueron muchos los errores que se dieron cita aquel día. Circunstancias como éstas me hacen entender el verdadero significado de la expresión "el milagro de la vida", porque en condiciones como éstas es un auténtico milagro que sigamos vivos.
No pienso que sea capaz de volver al hospital San Rafael, tampoco quiero que ningún familiar de ningún otro niño se vea obligado a pasar por una situación parecida. Hago unas preguntas en voz alta para que sirvan de reflexión.
¿Por qué una neumóloga no le da importancia a una radiografía en la que se aprecia un aumento del tamaño del corazón en una niña de 4 meses con color grisáceo e insuficiencia respiratoria severa?
¿Por qué Sanitas no da un servicio adecuado, por el que está cobrando? ¿No se llama a eso estafa?
No sé si servirán para poner de relieve algunos de los fallos de nuestro sistema sanitario, pero, como dijo Albert Einstein: "Lo importante es no dejar de hacer preguntas".