Las discográficas pierden el compás

La nueva estrategia de las compañías contra la piratería las enfrenta directamente al consumidor

Las compañías discográficas están inmersas en una profunda crisis que afecta, por extensión, a casi toda la industria de la música. El pirateo ha causado no sólo fuertes pérdidas económicas, sino un cambio de estrategias que ha llevado a las empresas a enfrentarse a la clave que sustenta todo el negocio: los clientes.

En este sentido, la decisión de la asociación estadounidense de discográficas (RIAA) de demandar a 261 internautas por copiar y distribuir ilegalmente miles de canciones por Internet tiene, según los analistas, pocas posibilidades de tener éxito: primero, porque enfrenta a...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Las compañías discográficas están inmersas en una profunda crisis que afecta, por extensión, a casi toda la industria de la música. El pirateo ha causado no sólo fuertes pérdidas económicas, sino un cambio de estrategias que ha llevado a las empresas a enfrentarse a la clave que sustenta todo el negocio: los clientes.

En este sentido, la decisión de la asociación estadounidense de discográficas (RIAA) de demandar a 261 internautas por copiar y distribuir ilegalmente miles de canciones por Internet tiene, según los analistas, pocas posibilidades de tener éxito: primero, porque enfrenta a las empresas con los consumidores, y, después, porque esa distribución se realiza a através de redes descentralizadas que dificultan la identificación de un solo individuo culpable.

Un estudio de la IFPI, el organismo que asocia a las empresas discográficas a nivel mundial, arroja datos significativos con respecto al pirateo. Por primera vez, en 2002 el volumen de negocio del CD pirata fue mayor que el del CD legal en todos los mercados, salvo los de Estados Unidos y Japón. Este organismo calcula que las pérdidas de la industria discográfica por este concepto rondan los 4.000 millones de euros.

Y mientras continúa la lucha contra el pirateo de los CD, se prepara el nuevo modelo de negocio para la música. Según los expertos, se trata de lo que denominan gramola virtual, un servicio que permite al consumidor acceder, a través de Internet, a toda la música que pueda desear en cualquier momento, pero distinto al de la descarga de la canción actual, porque el cliente no posee la música que compra. Se parece, dicen los analistas, a la televisión de pago.

Archivado En