ATLETISMO | Campeonatos del Mundo de París

El lactato no es tan malo

Si los maratonianos han mejorado su marca o los corredores de 1.500 han aumentado sus rendimientos en sus distancias es porque ellos y sus entrenadores han sabido manejar el lactato con sabiduría.

El lactato es una sustancia que se produce durante la glucólisis. La glucólisis es un proceso metabólico tan importante que sin él, usted no podría ir en bicicleta a por el periódico ni siquiera andando a por el pan a la vuelta de la esquina. La glucósis es una cadena de 10 reacciones químicas que metaboliza la glucosa, el azúcar que es la fuente más importante de carbohidratos, en otra sustan...

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Si los maratonianos han mejorado su marca o los corredores de 1.500 han aumentado sus rendimientos en sus distancias es porque ellos y sus entrenadores han sabido manejar el lactato con sabiduría.

El lactato es una sustancia que se produce durante la glucólisis. La glucólisis es un proceso metabólico tan importante que sin él, usted no podría ir en bicicleta a por el periódico ni siquiera andando a por el pan a la vuelta de la esquina. La glucósis es una cadena de 10 reacciones químicas que metaboliza la glucosa, el azúcar que es la fuente más importante de carbohidratos, en otra sustancia llamada ácido pirúvico. Este es llevado a una serie de reacciones creadoras de energía denominada ciclo de Krebs. Sin embargo, no todo el ácido pirúvico entra en el ciclo de Krebs. Cuando usted se está ejercitando a un nivel elevado, la glucosa se está metabolizando a ácido pirúvico tan deprisa que cientos de moléculas del pirúvico están haciendo cola para entrar en el ciclo de Krebs. En ese momento el organismo prefiere acumular el pirúvico de otra manera: es cuando se crea el lactato, que juega un papel fundamental en el procesado de los carbohidratos. El lactato ayuda al hígado y a los músculos a estar repletos de glucógeno. Hasta el 50 % del lactato que se crea en entrenamientos intensos puede ser utilizado con el fin de sintetizar glucógeno en los músculos, donde es también una fuente irreemplazable de energía inmediata.

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Ahora que usted conoce el lactato intentaremos explicarle el misterioso fenómeno del umbral láctico o anaeróbico. Imagínese usted comenzando un ejercicio (carrera, natación o bicicleta) a un ritmo contenido: la glucólisis entra en marcha y los niveles de lactato subirán en sangre levemente. Si mantiene su ejercicio a un ritmo moderado, seguirá apareciendo lactato en su sangre. Sin embargo, si usted comienza a realizar un ritmo más exigente, la glucólisis comienza a producir mucho pirúvico y mucho lactato, y éste subirá bruscamente en sangre. Este punto se alcanza porque no llega suficiente oxígeno a las células o porque faltan enzimas suficientes para oxidar el pirúvico. Y el citado momento de acumulo de lactato en sangre puede obtenerse antes si usted no es bueno aclarando lactato de la sangre, es decir, reutilizándolo en crear energía para su músculo.

Así, cuando el índice de aparición de lactato en sangre supera al índice de desaparición, los niveles de lactato en sangre se incrementan bruscamente. Es el momento en el que usted ha sobrepasado su umbral láctico, que es un espléndido predictor del nivel de rendimiento atlético. Cuanto más alto sea su umbral más deprisa podrá correr sin acumular lactato. Ese extra de energía puede ser la diferencia entre entrar o no en una final de este Mundial, entre ser medallista o no, o en su caso, correr por debajo de 40 minutos o no en su próxima carrera de 10 Km o conseguir bajar de 3 h en maratón.

Juan Manuel Alonso es director de los Servicios Médicos de la Real Federación Española de Atletismo. Miembro de la Comisión Antidopaje de la IAAF. Delegado Médico de la IAAF en los Campeonatos del Mundo de Atletismo París 2003.

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