Entrevista:Manuel Moldes

"No creo en el arte ensimismado"

El Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago acoge hasta el 21 de septiembre una exposición antológica del pintor pontevedrés Manuel Moldes (1949), quien se ha distinguido a lo largo de toda su carrera por vincular su obra a la historia, la geografía y los mitos de Galicia. Las 150 obras seleccionadas permiten recorrer las distintas etapas creativas de un artista que concibe el arte como una forma de entender el mundo a partir de una visión particular.

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El Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) de Santiago acoge hasta el 21 de septiembre una exposición antológica del pintor pontevedrés Manuel Moldes (1949), quien se ha distinguido a lo largo de toda su carrera por vincular su obra a la historia, la geografía y los mitos de Galicia. Las 150 obras seleccionadas permiten recorrer las distintas etapas creativas de un artista que concibe el arte como una forma de entender el mundo a partir de una visión particular.

PREGUNTA. Usted formó parte del movimiento vanguardista gallego Atlántica, ¿qué queda de aquello en su pintura?

RESPUESTA. Más que en la obra quedan cosas en la memoria de los hechos vitales vividos. De todas formas siempre hubo entre nosotros mucho respeto por el hecho individual creativo de cada uno, y después del desaguisado que significó la reciente exposición de Vigo me quedo con el esfuerzo para promover el arte de Galicia hacia el exterior. Prefiero olvidarme de las miserias que algunos generaron.

P. ¿Cuál es el origen de la intensa relación entre su obra y Galicia?

R. Es algo que llega sin darte cuenta. Mis principios como pintor nacen en Madrid en los tiempos revueltos de finales de los sesenta, pero cuando vuelvo a Galicia, tras la muerte de Franco, hay en mi pintura un viaje interior hacia lo más próximo. Como decía Valle-Inclán, las miserias y las grandezas del hombre se manifiestan en lo cotidiano, aunque me siento gallego y ciudadano del mundo a la vez. Tengo claro que el análisis del hecho social me enriquece, no creo en el arte ensimismado.

P. Suele utilizar muchos bocetos antes de llegar a la obra definitiva, ¿cómo es el proceso que le lleva al cuadro final?

R. A veces una noticia de un periódico me produce una chispa que acaba convirtiéndose en un hilo conductor hacia la idea que quieres realizar. Otras veces es un sueño que se acaba convirtiendo en una obsesión, como me ocurrió con Las señoritas de Aviñón, de Picasso, que me llevo a desarrollar la serie de As Mozas de Pontevedra. En este proceso, el dibujo es fundamental como estructura de desarrollo de la forma, el color, la luz, la atmósfera.

P. Siempre se ha mantenido fiel a la pintura, ¿no le han tentado otras disciplinas como a muchos artistas de su generación?

R. En el panorama actual estamos inmersos en un cierto caos colectivo que se está reflejando también en el arte, pero hay un principio que sigue inalterable y es que cualquier obra artística tiene que tener una densidad suficiente para provocar sentimientos. Esto puede ocurrir con la pintura, la fotografía, el vídeo. Yo no tengo necesidad de pasarme a la fotografía para ser contemporáneo y pinto porque mi vía de expresión es la forma, el color, el dibujo. Ahora que he vuelto a ver muchas de mis obras para el montaje de esta exposición me siento muy sereno, aunque siempre hay cosas que se podrían haber hecho mejor.

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