OPINIÓN DEL LECTOR

Críticas a los jardineros en verano

Hace poco he leído que estamos muy bien de reservas de agua después del lluvioso otoño e invierno (y primavera). Sin embargo, en Madrid y otras ciudades de la Comunidad se han secado muchos árboles y arbustos, plantados este año o hace poco, con los primeros calores de junio y ahora estos calores de julio los rematan. A veces, se secan algunos grandes o, si no es así, seguramente estarían más frondosos si los regaran.

Y me pregunto por qué no se riegan los árboles de acera cada semana desde mayo hasta septiembre. Las contratas de jardinería tienen que remover y abonar la tierra del alco...

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Hace poco he leído que estamos muy bien de reservas de agua después del lluvioso otoño e invierno (y primavera). Sin embargo, en Madrid y otras ciudades de la Comunidad se han secado muchos árboles y arbustos, plantados este año o hace poco, con los primeros calores de junio y ahora estos calores de julio los rematan. A veces, se secan algunos grandes o, si no es así, seguramente estarían más frondosos si los regaran.

Y me pregunto por qué no se riegan los árboles de acera cada semana desde mayo hasta septiembre. Las contratas de jardinería tienen que remover y abonar la tierra del alcorque y regarlos pero lo incumplen sistemáticamente. Los árboles urbanos (especialmente los de acera) son un milagro en sí mismos y un beneficio enorme para el vecindario si son frondosos porque rebajan varios grados el calor, como todo el mundo sabe. Pero quienes deben cuidarlos (los poderes municipales y quienes les sustituyen en las tareas de jardinería), los desprecian y los desmochan cruelmente (les impiden ser frondosos) o no los alimentan con abono y agua. Ese agua pude ser reciclada y tiene que ser en verano.

Rieguen, por favor. Y planten árboles de diversas especies frondosas en cualquier calle donde sea posible. Eso es lo bueno para las ciudades españolas pues ellos nos dan oxígeno, frescura, reposo para la vista y nos evitan a veces ver la fealdad de las casas.

Tal vez lo que ocurra para no hacerlo es que los jardineros estén de vacaciones. Pero resulta que, como antaño en la agricultura cerealista y hoy en los cultivos de huertas, etcétera, los trabajos de jardinería deben ser más intensos, con más horas y más gente, en verano. Así que los jardineros tendrán que tener las vacaciones en otras épocas o tendrá que haber más trabajadores y trabajadoras estacionales, o sustitutos, y con horarios naturales, desde antes de amanecer y no después del mediodía.

No dejen morir a nuestros vecinos vegetales. Tenemos derecho a disfrutar de la ciudad tolerable en la que ellos convierten los secarrales ibéricos.

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