OPINION DEL LECTOR

Sevilla y las buenas maneras

Le escribo esta carta para lamentar nefasta preparación de algunos profesionales de la hostelería, especialmente del mal trato y mala educación que en ocasiones he tenido que presenciar y en este caso sufrir.

El pasado día 25 de julio pedí una consumición en uno de los bares de la Carretera Carmona, concretamente el bar Los Majarones. Mi sorpresa se convierte en indignación cuando advierto que el camarero, al que me dirijo educadamente, ni siquiera se digna a mirarme. Tras una tensa espera, le indica a un compañero que me ponga la consumición (sin haber hecho siquiera el ademán de mirar...

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Le escribo esta carta para lamentar nefasta preparación de algunos profesionales de la hostelería, especialmente del mal trato y mala educación que en ocasiones he tenido que presenciar y en este caso sufrir.

El pasado día 25 de julio pedí una consumición en uno de los bares de la Carretera Carmona, concretamente el bar Los Majarones. Mi sorpresa se convierte en indignación cuando advierto que el camarero, al que me dirijo educadamente, ni siquiera se digna a mirarme. Tras una tensa espera, le indica a un compañero que me ponga la consumición (sin haber hecho siquiera el ademán de mirarme). Poco después me dispongo a pagar cuando advierto que el mismo camarero me hace tres cuartos de lo mismo, pero esta vez me espeta que está ocupado, y que yo no tengo educación al molestarlo (el bar estaba vacío).

Tras este desagradable incidente, mi indignación empieza a transformarse en preocupación ante un hecho ya probado: la más que evidente falta de formación de algunos profesionales de la hostelería (no todos) obligados por su condición a dar un trato respetuoso a los clientes. Creo que a estas alturas no es necesario recordar que nos jugamos mucho en el sector turístico y que Sevilla, desgraciadamente, está perdiendo la batalla, en franca competencia con otras ciudades turísticas.

Sevilla debe dar su mejor cara a sus visitantes, pero para ello se hace imprescindible la formación y reciclaje de algunas personas, trabajadores de este sector, que creen que el respeto y las buenas maneras son conceptos ya caducos. Por el bien de Sevilla, por el bien de todos.

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