Más sobre la religión / 2

Maravilloso planteamiento el de J. M. Ruiz Soroa, en La religión ataca de nuevo, acerca del fraude de la enseñanza oficial de la religión y muy clarificadora su propuesta de vuelta a la literatura universal (escritas así las dos, con minúsculas). Nunca está de más recordar no sólo la ligazón entre ambas, sino la supremacía de la segunda sobre la primera en una sociedad occidental que ha decidido conscientemente apuntarse al laicismo para librarse del miedo secular.

Y todo mostrado como transparente corolario de aquel viejo principio, nada trascendente: predicar con el ejem...

Maravilloso planteamiento el de J. M. Ruiz Soroa, en La religión ataca de nuevo, acerca del fraude de la enseñanza oficial de la religión y muy clarificadora su propuesta de vuelta a la literatura universal (escritas así las dos, con minúsculas). Nunca está de más recordar no sólo la ligazón entre ambas, sino la supremacía de la segunda sobre la primera en una sociedad occidental que ha decidido conscientemente apuntarse al laicismo para librarse del miedo secular.

Y todo mostrado como transparente corolario de aquel viejo principio, nada trascendente: predicar con el ejemplo. Debería constituir un artículo de cabecera para todo político que se precie.

Pero ¿por qué no se oyen más voces como la suya desde el ámbito de la literatura? Y me refiero con ello a los que la hacen, los que la estudian, la enseñan, la traducen o viven de ella (no a los interesados que venden la de otros). Incluso a los de las llamadas "humanidades". ¿No fueron los humanistas los que propugnaron el valor de los ejemplos ante el acoso de tanta presunción? ¿De dónde si no la "educación en valores", la "formación integral", la "preparación del ciudadano para la vida", la "lectura de los clásicos", los "principios de actuación", los "temas transversales", los "contenidos de actitud"... y tantas otras pretensiones?