Entrevista:Hanna Schygulla | TEATRO

"El camino mejor es aquel que no pisé antes"

Era un mito en dos dimensiones hasta que, hace cinco años, se materializó sobre el pequeño escenario del teatro de La Abadía, de Madrid, y nos clavó a nuestras sillas mientras entonaba: "...nunca más, Lili Marleen". Menuda, cercana, certera en la intención que ponía en cada palabra, Hanna Schygulla interpretó esa noche a Fassbinder, Carrière, Neruda, Handke, Müller... y Borges en Quel que soit le songe (Cualquiera que sea el sueño). "Canto sin saber leer música: para mí, el camino mejor es aquel que no pisé antes", explica por teléfono en el correcto castellano que aprendió en Cu...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Era un mito en dos dimensiones hasta que, hace cinco años, se materializó sobre el pequeño escenario del teatro de La Abadía, de Madrid, y nos clavó a nuestras sillas mientras entonaba: "...nunca más, Lili Marleen". Menuda, cercana, certera en la intención que ponía en cada palabra, Hanna Schygulla interpretó esa noche a Fassbinder, Carrière, Neruda, Handke, Müller... y Borges en Quel que soit le songe (Cualquiera que sea el sueño). "Canto sin saber leer música: para mí, el camino mejor es aquel que no pisé antes", explica por teléfono en el correcto castellano que aprendió en Cuba, durante el rodaje de una teleserie escrita por García Márquez. "Debuté en el teatro sin apenas estudiar arte dramático, y prácticamente sin haber ensayado: la protagonista de Antígona sufrió un accidente, Fassbinder, su director, me propuso sustituirla, me dio libertad para hacerlo a mi aire, y le cogí el gusto a actuar. Creo que cuando algo se hace por primera vez y sin tiempo para dudar, adquiere vuelo y gracia. Nunca estudié de manera académica las cosas que de verdad me interesan. Sin esa formación soy más atrevida, y puedo buscar mi camino sin preocuparme de ser la mejor".

Ahora, Schygulla (1943) regresa a España con Borges y yo, recital íntimo en el que interpreta siete narraciones del autor argentino extraídas de El hacedor, La moneda de hierro, Ficciones y El libro de arena, y tangos de Discépolo, Le Pera, Gardel y Troilo: "A Borges, las historias que se desgranan en el repertorio tanguero le parecían un 'catálogo de fracasos'. Sin embargo escribió un tango en el que habla de gente que saca el cuchillo a las primeras de cambio... Es un hombre lleno de paradojas. Me fascina cómo introduce la ficción en la realidad. Creo que no son territorios separados: a veces es necesario imaginar las cosas con fuerza para que ocurran".

¿Cómo empasta relatos y tangos en Borges y yo? "Introduciendo unos en otros, como si los cuentos vibraran dentro de los tangos. He usado textos de Borges en otros dos espectáculos y, aunque pueda resultar atrevido ligar su literatura, tan culta, con letras tan populares, es un experimento que me apetecía mucho hacer. Mi próximo trabajo, con el que me presentaré en septiembre en Cádiz, tiene como leitmotiv una pregunta de Borges que él mismo respondía: '¿Cuál es el arte más antiguo?: El sueño'. Lo titulo Protocolo de mis sueños, porque durante mi actuación se proyectarán videos que hace más de veinte años filmaba yo cada mañana a partir de lo que soñaba por las noches".

La relación de Hanna Schygulla con la escena es tan intensa como con el cine. En 1979, después de su reencuentro con Fassbinder, George Tabori la reclamó a su lado: "Me llamó para interpretar La hora 25, una farsa sobre sus años en Hollywood. Después de cuatro ensayos, me dijo que algo en mí le recordaba un capítulo terrible en la vida de su madre, superviviente de un tren de prisioneros asesinados por los nazis, y me propuso protagonizar Mi Madre Coraje, drama en el que narra esos hechos. Con Klaus Michael Grüber interpreté Mère blafarde/Tendre soeur, obra teatral de Jorge Semprún, quien, por antifascista, estuvo prisionero en Büchenwald. El director la puso en escena en el cementerio ruso de Weimar, y fue una verdadera catarsis. Me gusta el teatro cuando es algo más que teatro; cuando, como en el caso de Mi Madre Coraje o en éste, se hace por verdadera necesidad".

Desde 1997, Hanna Schygulla ha protagonizado cinco espectáculos en los que sale a escena en solitario o acompañada de músicos (en Borges y yo, del pianista Peter Ludwig, que ha arreglado los tangos clásicos y compuesto otros, y de una violonchelista): "En el cine te traen, te llevan, te ponen delante de la cámara y apenas tienes diez minutos diarios de creación. Después de 25 años intentando no sentirme demasiado responsable del trabajo que hacía, me pareció necesario coger las riendas y poner en pie mis propios espectáculos. Lo que uno trata de evitar es, justamente, lo que debe acabar haciendo".

Borges y yo. Festival Castell de Peralada (Girona). 27 de julio. Festival de Santander. 5 de agosto.

Hanna Schygulla actuará mañana en el festival de Peralada.

Sobre la firma

Archivado En