Una vecina de Pozuelo mata a su compañero de una cuchillada en el pecho
La mortal agresión se produjo tras una discusión entre la pareja
La violencia doméstica registró la noche del miércoles un nuevo caso mortal en la región. Una inmigrante dominicana, Ana Carolina Polanco Santana, de 26 años, mató a su compañero sentimental y compatriota, Félix Manuel García González, de 27 años, de una puñalada que le causó gran pérdida de sangre, según informaron fuentes policiales. Agentes de la policía local de Pozuelo de Alarcón detuvieron a la supuesta homicida y recuperaron el arma utilizadada, un cuchillo de sierra de unos 10 centímetros de hoja.
Los hechos se produjeron sobre las once de la noche en el número 2 de la avenida d...
La violencia doméstica registró la noche del miércoles un nuevo caso mortal en la región. Una inmigrante dominicana, Ana Carolina Polanco Santana, de 26 años, mató a su compañero sentimental y compatriota, Félix Manuel García González, de 27 años, de una puñalada que le causó gran pérdida de sangre, según informaron fuentes policiales. Agentes de la policía local de Pozuelo de Alarcón detuvieron a la supuesta homicida y recuperaron el arma utilizadada, un cuchillo de sierra de unos 10 centímetros de hoja.
Los hechos se produjeron sobre las once de la noche en el número 2 de la avenida de Majadahonda, en Pozuelo de Alarcón. Por causas aún no esclarecidas se inició una discusión entre la pareja. En un momento dado, Félix Manuel García golpeó a su compañera sentimental, lo que le produjo la rotura de un labio y que sangrara de forma abundante por la cara. Ella fue a la cocina y cogió un cuchillo con el que le asestó una puñalada en el pecho, que le afectó al hipocondrio (parte lateral de la región epigástrica, situada bajo las costillas falsas). La agresión se produjo en la habitación que tenían alquilada. Su hija de tres años estuvo delante durante toda la discusión, según comentaron varios vecinos. La otra hija de la pareja, de un año, vive desde diciembre en Santo Domingo con su abuela debido a problemas de salud.
"Le he herido, le he herido. Hay que llamar a la policía y a una ambulancia", decía Carolina tras salir de su habitación y pedir ayuda a otros vecinos, tras asestar la mortal puñalada. El herido, que llevaba clavado el cuchillo en el pecho, pidió ayuda a otros inquilinos del piso. Uno de ellos le sacó hasta el salón del domicilio y avisó a la policía. Mientras tanto, Yessica, otra compañera del piso, intentaba tapar la hemorragia.
"Aquí siempre hay mucha bulla. Muchos niños estaban jugando y con la música. Por eso no nos enteramos hasta que Carolina salió corriendo. Yo desperté a mi marido, que, a pesar de estar dentro de la casa, no se había percatado de lo ocurrido, porque se levanta muy pronto", explicó Yessica. "Él estaba todavía vivo cuando se quitó el cuchillo. A mi esposo no paraba de suplicarle que le ayudara para seguir vivo", añadió la mujer.
"No paraba de moverle las manos, porque no quería que se durmiera. Carolina no pensaba que esto podría terminar así. Al verse agredida, entró en un estado de furia y le acuchilló", señaló Yessica. Algunos vecinos comentaron que los celos podrían estar tras el suceso. Yolanda, una prima lejana del fallecido, explicaba ayer muy afectada que Ana Carolina Polanco "es muy celosa".
Parada cardiaca
Al lugar se trasladó una unidad sanitaria del Servicio de Emergencias del Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón (Sepa), cuyos facultativos comprobaron la extrema gravedad de las heridas que sufría Félix Manuel García. Había entrado en parada cardiorrespiratoria, tras haber sufrido una pérdida masiva de sangre. Fue trasladado en una UVI al hospital Clínico, en la capital, donde murió al poco de ingresar, según fuentes del centro hospitalario. Mientras, los agentes de la policía local que se desplazaron al domicilio recogieron el cuchillo de cocina empleado en la agresión y detuvieron a la mujer. Los servicios sociales municipales, que ya dan ayudas a las hijas -becas de estudios y subsidios para su manutención-, avisaron al Instituto del Menor y de la Familia para que no quedaran desamparadas.
Reinaldo, como era conocido en el barrio, trabajaba como operario en una empresa subcontratada por el Ayuntamiento de Pozuelo para el mantenimiento de las calles. Llevaba unos seis años en España y había regularizado su situación. Su compañera sentimental era empleada doméstica.