Los más fieles a Aznar vigilarán la sucesión

El candidato diseñará las listas para las generales, pero las someterá al visto bueno del presidente

La sucesión de José María Aznar como candidato del PP a inquilino de La Moncloa y a líder del partido ahora en el Gobierno exige responder a tres preguntas: quién, cómo y cuándo. Aznar retrasó cualquier respuesta a la primera, la más importante, a septiembre y octubre porque, según les dijo el lunes a los miembros de la dirección de su partido, "agosto no es tiempo de conjeturas". La respuesta a las otras dos ha empezado a esbozarse de forma pública esta semana. Todo comenzó el lunes. Antes de su gira de despedida por América, Aznar convocó el Comité Ejecutivo Nacional del PP para renovar la d...

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La sucesión de José María Aznar como candidato del PP a inquilino de La Moncloa y a líder del partido ahora en el Gobierno exige responder a tres preguntas: quién, cómo y cuándo. Aznar retrasó cualquier respuesta a la primera, la más importante, a septiembre y octubre porque, según les dijo el lunes a los miembros de la dirección de su partido, "agosto no es tiempo de conjeturas". La respuesta a las otras dos ha empezado a esbozarse de forma pública esta semana. Todo comenzó el lunes. Antes de su gira de despedida por América, Aznar convocó el Comité Ejecutivo Nacional del PP para renovar la dirección de su partido y darle algunos mensajes.

- Nueva dirección. Los cambios en la dirección, teóricamente, venían obligados por las elecciones del 25 de mayo. Las nuevas tareas en el Ayuntamiento de Madrid de Pío García Escudero, hasta el lunes coordinador de Organización, le merman tiempo para ser, a la vez, número tres de la estructura orgánica del PP. Pidió el relevo sin que mediara más incompatibilidad que esa carga de trabajo. En el PP se especuló con la posibilidad de que la remodelación esperaría al nombramiento del sucesor, a la vuelta de vacaciones, para tener en cuenta su opinión. No ha sido así. El secretario general, Javier Arenas, ha ajustado a sus preferencias el equipo de la sede central del PP, en la calle Génova. Y ha optado porque las incorporaciones clave tuvieran un marchamo indiscutible: ser, más que nada, gente de Aznar.

Ana Mato, mano derecha de Arenas, se ocupará de la organización del partido en lugar de García Escudero. "Si me quieren poner una etiqueta sería la de Aznar. Empecé a trabajar con él cuando tenía 19 años, aparentaba 15 y llevaba calcetines. Para mí, Aznar es... ¡es el mejor!", proclama en un despacho lleno de cajas para la mudanza. ¿Aprovechará el nuevo cargo para intentar convencerle de que se quede? "¡Eso es imposible. Ha dado su palabra! Yo creo que es el político que tiene más credibilidad en todo el mundo porque siempre cumple su palabra". ¿Es verdad que la dirección del PP es ya totalmente de Arenas? "Génova es totalmente PP, y el PP es Aznar y el equipo que forman los tres vicesecretarios y el secretario general", replica.

"Bien a la vista está que la nueva dirección es de Arenas, aunque es un equipo de doble adscripción, que antes que nada es de Aznar", apostilla Gabriel Elorriaga desde su despacho del Ministerio de Administraciones Públicas. Elorriaga, número dos de Arenas en el ministerio, proviene del equipo de fontaneros de Moncloa. Le fichó en 1990 para la FAES (la fundación que ahora ha absorbido todas las del PP) Carlos Aragonés, el hombre en la sombra de Aznar; fue subdirector de gabinete del presidente del Gobierno desde 1996; se afilió al PP en 2000, cuando le nombraron secretario de Estado; entró como vocal en la ejecutiva del partido en el último congreso, en 2002. "Y ahora ya soy del aparato", bromea.

- Congreso extraordinario. La segunda señal del cómo y el cuándo se produjo el miércoles y tuvo como protagonista a Mato. Le preguntaron si la proclamación del candidato a La Moncloa incluiría un congreso extraordinario para nombrarle también líder del PP. Lo negó. "Aznar será el presidente del PP hasta enero de 2005. En otoño elegiremos a nuestro candidato a las elecciones. Nada más". Al día siguiente hubo una pequeña tormenta, tras unas declaraciones de Arenas que, aunque él lo niega, podían interpretarse como la posibilidad de que el PP convocara un congreso extraordinario tras las generales. Tampoco.

Lo previsto es que entre septiembre y octubre, tras consultar con quien considere oportuno, Aznar proponga al Comité Ejecutivo Nacional del partido un candidato. Les parecerá bien, pero elevarán la propuesta a la Junta Directiva Nacional, máximo órgano del PP entre congresos. Si, como es seguro, el candidato se alza con el respaldo de los suyos, se organizará una convención nacional para su lanzamiento público. Dirigentes del PP destacan: "El único riesgo de este proceso es que el sucesor no sea bien visto en el partido. Por eso no va a ser un dedazo. Va a ser alguien que concite el apoyo de todos".

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Según fuentes del PP, Aznar pedirá a su partido "que respalde al sucesor tanto como le ha apoyado a él, y a éste le dirá que está a su disposición para ayudarle en lo que quiera". Pero el presidente del PP seguirá siendo Aznar porque también seguirá siendo presidente del Gobierno. Después de las elecciones, lo más probable es que Aznar delegue públicamente el liderazgo del PP en su sucesor.

- La tricefalia. ¿Habrá bicefalia, al menos hasta las elecciones? "Bicefalia o tricefalia, que no hay que olvidar que Arenas se ha hecho con todo el control de Génova", contestan dirigentes del PP. "Lo más operativo, y lo mejor para el partido, es un reparto de papeles en el que Aznar no pierda peso como presidente del Gobierno y preste toda su ayuda al sucesor, en el que el partido organice bien las elecciones para que el próximo presidente del Ejecutivo sea nuestro candidato y en el que éste se vea arropado por todos", aseguran en el PP. ¿Y el sucesor podrá decidir algo? "Podrá decidir todo, porque el primero que se pondrá a su disposición será Aznar", añaden.

- El programa y las listas. Elorriaga ya ha recibido el encargo de empezar a preparar el programa para las elecciones de marzo. ¿Es normal empezar a hacer el programa antes de saber quién será el candidato? "El programa del PP resume una ideología de síntesis, democristiana, liberal y conservadora, aunque en el partido no hay formalmente grupos". Desde ese punto de vista, que el sucesor sea un democristiano (¿Jaime Mayor?), un liberal (¿Rodrigo Rato?) o un conservador (¿Mariano Rajoy?) sólo afectaría al énfasis.

Elorriaga mantiene que "no habrá ningún problema con el sucesor" en la elaboración del programa. Minimiza la relevancia de que él vaya a empezar ya a trabajar en su redacción. "La primera parte del trabajo consiste sólo en ordenar un mamotreto. Nuestro programa se nutre de planes externos que aportan las fundaciones (sobre todo la FAES), de los papeles de las 24 comisiones internas del partido y de lo que se discute en distintos foros". Lo relevante, cuáles serán los mensajes y las promesas clave, cómo y dónde se harán públicas, se decide mucho después y en eso ya estará el sucesor.

Algo similar ocurrirá con las listas para las elecciones de 2004. Fuentes de la dirección del PP mantienen que el 90% de los nombres los aportan las direcciones provinciales, y la mayor parte de los diputados y senadores repetirán. Según estas fuentes, "las personas de la confianza de los posibles sucesores ya están, como diputados, senadores, secretarios de Estado... pero corresponderá al candidato diseñar las listas". Y apostillan: "Lo lógico, y lo que ocurrirá, seguro, es que él pedirá opinión a Aznar y luego las someterá a su visto bueno final".

De izquierda a derecha, Juan Manuel Moreno, José Ignacio Echániz, Gabriel Elorriaga, Ana Mato, Eugenio Nasarre, Eva Durán y Juan José Matarí, nuevos miembros de la dirección del Partido Popular, nombrados el lunes.EFE

El lío de Madrid

La crisis de Madrid ha complicado el proceso de sucesión de José María Aznar un poco más.

Primero, por las fechas. Introduce una nueva cita electoral a finales de octubre, que casi se solapará con la campaña de las elecciones catalanas, previstas para noviembre. Segundo, por la conveniencia de que el sucesor se implique en esa campaña. En principio, son elecciones que el PP espera ganar y, desde ese punto de vista, pueden ser un trampolín. O no, advierten en el PP. Tercero, por las personas. Rodrigo Rato, uno de los candidatos seguros a la sucesión, es un peso pesado en el PP de Madrid. Pero Ricardo Romero de Tejada, secretario general del PP madrileño, es una de sus personas de confianza. Y Alberto Ruiz-Gallardón, a quien las encuestas sitúan como uno de los candidatos con posibilidades, ha sufrido esta semana duros vapuleos a cuenta de la crisis de Madrid.

Todos estos elementos llevan a que en la dirección del PP estén analizando si conviene que el sucesor, independientemente de quien sea, se implique en la campaña de Madrid, o su designación y proclamación quede para final de octubre, tras esas elecciones. Esa proclamación se hará en una convención nacional a celebrar en Madrid. Además, como las de Madrid son elecciones repetidas del 25-M, sería Aznar el principal apoyo de la candidata Esperanza Aguirre.

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