Las flores 'fauves' de Balenciaga

Cristobal Balenciaga, el modisto de la elegancia que se adelantó décadas a la tendencia minimalista implantada hoy, fue deudor de los cubistas y fauvistas cuando trabajó como un verdadero artista la naturaleza y las flores en sus diseños y sus telas, según afirmaron ayer los estudiosos de su obra, la ingeniero agrícola Charo Ochoa o el crítico de arte Edorta Kortadi. Ambos han colaborado en la exposición "Flores en Balenciaga" que la FundaciónCristóbal Balenciaga exhibirá este verano en Getaria, mientras prosiguen las obras del nuevo edificio que acogerá una muestra permanente del modisto.
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Cristobal Balenciaga, el modisto de la elegancia que se adelantó décadas a la tendencia minimalista implantada hoy, fue deudor de los cubistas y fauvistas cuando trabajó como un verdadero artista la naturaleza y las flores en sus diseños y sus telas, según afirmaron ayer los estudiosos de su obra, la ingeniero agrícola Charo Ochoa o el crítico de arte Edorta Kortadi. Ambos han colaborado en la exposición "Flores en Balenciaga" que la FundaciónCristóbal Balenciaga exhibirá este verano en Getaria, mientras prosiguen las obras del nuevo edificio que acogerá una muestra permanente del modisto.

19 trajes "excepcionales" en los que se percibe la "relación intuitiva" de Balenciaga con las flores, así como la influencia de las corrientes artísticas que impregnaron París, es el contenido de esta muestra en la que se aprecia la textura rica y maravillosa de telas como el gazar, el otoman o la seda salvaje enriquecidas con brocados y bordados hoy impensables. Trajes para baronesas o marquesas de una época hoy desaparecida como el modisto. En su diseño y confección, Balenciaga actuó con "licencia de artista" y creó hojas azules, tallos rosas o simuló un parterre de flores. La rosa, su flor preferida es "la estrella" de la exposición. A ella se añade una selección de sombreros, bisutería, bocetos y fotografías de Balenciaga.

Los trajes cedidos, entre otras, por la Baronesa Von Bismark o Carmen Martínez Bordiú, cuyo traje de novia se exhibe, son el primer avance de la donación de cinco vestidos de Grace Kelly, que ha prometido la Familia Real de Mónaco.