El PSE entrega al PP la Diputación de Álava, pero descarta apoyarle más y le deja en minoría

El PP deberá gobernar Álava con sólo 16 de los 51 escaños de las Juntas Generales (el Parlamento provincial). Ésa es la conclusión del debate de reelección de Ramón Rabanera (PP) como diputado general.

Rabanera salió adelante con el apoyo del PSE-EE, que lo justificó en el Pacto contra el Terrorismo y por las Libertades y la necesidad de frenar el plan Ibarretxe, pero le advirtió de que ahí acaba todo su compromiso.

Los socialistas prestaron a Rabanera, como ya hizo con el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso (PP), los votos mínimos imprescindibles para garantizar la derrota...

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El PP deberá gobernar Álava con sólo 16 de los 51 escaños de las Juntas Generales (el Parlamento provincial). Ésa es la conclusión del debate de reelección de Ramón Rabanera (PP) como diputado general.

Rabanera salió adelante con el apoyo del PSE-EE, que lo justificó en el Pacto contra el Terrorismo y por las Libertades y la necesidad de frenar el plan Ibarretxe, pero le advirtió de que ahí acaba todo su compromiso.

Los socialistas prestaron a Rabanera, como ya hizo con el alcalde de Vitoria, Alfonso Alonso (PP), los votos mínimos imprescindibles para garantizar la derrota del candidato nacionalista: sólo ocho de sus 12 representantes le votaron. El PNV lo denunció como "un fraude" que desbanca a la lista más votada en Álava, la de la coalición PNV-EA.

El secretario general del PSE alavés y portavoz en las Juntas Generales, Javier Rojo, dijo haber hecho "lo necesario", garantizar un gobierno "que no secunde planes soberanistas". "Pero ahí acaba nuestro apoyo al PP", afirmó, para anunciar una "nueva etapa" de control político y vigilancia sobre el gobierno de Rabanera, al que apoyó en todo el mandato anterior. Ese abandono de Rabanera al albur de su precariedad es la respuesta de los socialistas a la negativa del PP a cederles el liderazgo de la Diputación, que Rojo reclamó con ahínco tras las elecciones, a cambio de apoyar a Alonso en el Ayuntamiento. Ayer se lo recordó: "Más constitucionalismo no es más poder con nuestros votos".

Rabanera, que se convirtió en el primer diputado general que repite mandato en Álava desde la recuperación de la democracia, será durante otros cuatro años la principal valla institucional del constitucionalismo ante el plan del lehendakari.

Rabanera entendió su elección como la prueba de que "los alaveses dicen sí al actual modelo" frente al soberanismo que propugnan los nacionalistas, igual que en 1999 "dijeron no al Pacto de Estella".

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Rabanera dijo que quiere ser la voz "de la gente que lo está pasando mal y de los asesinados". "No de quienes muchas veces han justificado esos asesinatos", afirmó.

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