"Prefiero leerle a mi niña que tomar algo tras una reunión"

Tanto la guipuzcoana Leire Ereño como la vizcaína Ana Madariaga son expertas en la tarea de intentar conciliar su vida familiar con la laboral. Ambas recalcan, no obstante, que "como cualquier mujer trabajadora", porque, como dice Ereño, para ellas "la jornada nunca termina cuando acaba el trabajo". "Si después de una reunión el resto me propone ir a tomar algo, suelo decir que no porque para mi es más importante, por ejemplo, leerle un cuento a mi niña", indica.

A Madariaga, casada y madre de una niña de siete años, la política le ha obligado a mermar su atención a la familia y a renun...

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Tanto la guipuzcoana Leire Ereño como la vizcaína Ana Madariaga son expertas en la tarea de intentar conciliar su vida familiar con la laboral. Ambas recalcan, no obstante, que "como cualquier mujer trabajadora", porque, como dice Ereño, para ellas "la jornada nunca termina cuando acaba el trabajo". "Si después de una reunión el resto me propone ir a tomar algo, suelo decir que no porque para mi es más importante, por ejemplo, leerle un cuento a mi niña", indica.

A Madariaga, casada y madre de una niña de siete años, la política le ha obligado a mermar su atención a la familia y a renunciar a algo esencial: "Tiempo libre y espacio para mí"; el poco que tiene es para su familia. A Ereño también le faltan horas para su niña de cuatro años y su bebé. No cojerá el permiso de maternidad -tomó posesión dos semanas después del parto- porque, explica, "en estas circunstancias" no puede. Ella y su marido barajan ahora que se lo tome él.

María Teresa Rodríguez Barahona no tiene ese problema. Soltera y sin hijos, asegura que jamás ha tenido que renunciar a nada por su carrera política y subraya: "No tener hijos me ha dado libertad, movilidad y disponibilidad" en su carrera profesional y en la política.

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