CRISIS EN LA COMUNIDAD DE MADRID

Zapatero: "Es una operación contra el PSOE para que no gobierne en diez años"

El líder socialista advierte de que no entregará "cabezas", sino que caerán "de otros lados"

El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, está persuadido de que tras el escándalo de Madrid se esconde una operación "contra el PSOE para minar su credibilidad y que no gobierne en España ni ahora ni en diez años". Esta tesis la expuso Zapatero en la noche del jueves a un grupo de miembros de su ejecutiva. Pero el mensaje que hoy transmitirá a la ejecutiva, en una reunión extraordinaria, y, a continuación, a los barones territoriales, será de "combate". "No vamos a entregar ninguna cabeza, sino que vamos a pedir cabezas", asegura el líder socialista.

Entre el martes...

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El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, está persuadido de que tras el escándalo de Madrid se esconde una operación "contra el PSOE para minar su credibilidad y que no gobierne en España ni ahora ni en diez años". Esta tesis la expuso Zapatero en la noche del jueves a un grupo de miembros de su ejecutiva. Pero el mensaje que hoy transmitirá a la ejecutiva, en una reunión extraordinaria, y, a continuación, a los barones territoriales, será de "combate". "No vamos a entregar ninguna cabeza, sino que vamos a pedir cabezas", asegura el líder socialista.

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Entre el martes pasado, día en que se desató la crisis en las filas del PSOE por la fuga de dos diputados autonómicos madrileños, y el pasado fin de semana, la actitud de Luis Rodríguez Zapatero ha variado notablemente. Durante las primeras horas hubo desconcierto y consternación ante la evidencia de que su partido acababa de recibir un mazazo a su credibilidad, además, de, seguramente, perder el Gobierno de Madrid.

A medida que Zapatero empezó a recibir datos e informaciones de los hechos que podían explicar el comportamiento de estos dos diputados, su actitud cambió notablemente y decidió que si el partido le apoyaba, "lejos de colocarse a la defensiva iría a la ofensiva; y lejos de entregar cabezas, pedirían cabezas de otro lado", según explicó Zapatero a su entorno más inmediato. A la altura de la tarde del jueves todos los secretarios generales y los presidentes autonómicos le habían telefoneado para mostrarle su solidaridad y apoyo.

"Pepe tiene todo mi apoyo"

Muchos de ellos lo habían hecho también a José Blanco, secretario de Organización. "Pepe tiene todo mi apoyo, está llevando el peso de la investigación, y si ha sido algo es víctima de esta situación", comentó Zapatero a un líder territorial. El hecho de que José Blanco conociera bien tanto a Eduardo Tamayo, uno de los diputados fugados, así como a José Luis Balbás, jefe de filas del grupo al que pertenecen los parlamentarios disidentes, e incluso que se le atribuya su inclusión en la lista, ha hecho que en estos días desde las filas del PSOE se cuestionara su labor. Unos por desconocimiento de la situación y, otros, por rencillas que ya pueden tener después de los casi tres años en los que Blanco dirige el aparato del PSOE. Pero no existe la menor duda de que Zapatero respalda sin atisbo de duda a su compañero Blanco, aquél que tanto le ayudó, junto con otros, a ganar el 35º congreso.

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Pero el mensaje fundamental del líder socialista lo escuchó un grupo de miembros de la ejecutiva federal a la caída de la tarde del jueves. Zapatero dijo a José Blanco que quería reunirse de inmediato con los miembros de su ejecutiva que estuvieran por la casa. Algunos acababan de irse a actos en sus respectivas provincias de origen, pero quedaba un grupo nutrido que acudió de inmediato y expectante a la llamada del secretario general.

Además de Zapatero y Blanco, estaban Jesús Caldera, portavoz parlamentario; Álvaro Cuesta, responsable municipal; Jordi Sevilla, titular de Economía; Enrique Martínez, responsable de Innovación Tecnológica; Carmen Chacón, de Cultura e Investigación; Micaela Navarro, responsable de la Mujer; Leire Pajín, titular de Movimientos Sociales, y Trinidad Jiménez, según recuerdan los interlocutores consultados. "Fue una reunión que algunos no olvidaremos porque recordó a los viejos tiempos: afectiva y fraternal", señala uno de los asistentes. Zapatero hizo una intervención estructurada aunque, con tono de disculpa, les advirtió de que no podía darles a conocer la información de "la trama" porque convenía que se llevara en estricta confidencialidad y sólo por "dos o tres personas".

Operación de doble calado

Nadie le preguntó detalles, aunque tras Zapatero hubo una ronda en la que todos intervinieron. "Estamos ante una operación con una trama política-civil y otra financiera; un verdadero golpe que persigue dañar nuestra credibilidad de manera irreversible para que no gobernemos en España en 10 años", aseguran que dijo Zapatero. El líder socialista opinó que si se repiten las elecciones en Madrid, "una parte fundamental del objetivo de los conspiradores se cumplirá". En la ronda de los ejecutivos algunos opinaron que el PSOE no debe dar la sensación de que tiene miedo a unas elecciones y, por tanto, si se convocan tiene que salir "con la cabeza alta" para pedir a los ciudadanos que no consientan "la tropelía".

Se habló mucho de los poderes económicos y sus implicaciones políticas. En ese punto sí hubo algo de pesimismo por cuanto que para algunos resultaba desesperante que "se vuelvan a repartir las cartas porque el resultado no ha gustado". En algún momento hubo emoción e incluso lágrimas por este golpe al PSOE y, sobre todo, por la decepción de muchos ciudadanos.

Pero Zapatero se convirtió en el principal animador del grupo y así ha continuado durante el fin de semana. "No vamos a defendernos, sino que vamos a atacar; tenemos que seguir pidiendo perdón a los ciudadanos por haberles fallado, pero deben saber que detrás de los corruptos hay una operación contra el PSOE para que los votos no valgan", ha dicho Zapatero.

En sus conversaciones de las últimas horas con distintos interlocutores, el líder socialista califica de "golpe de Estado" lo que ha ocurrido. "Ha habido casos de corrupción individual pero nunca una operación para impedir que se forme un Gobierno y, a medio plazo, para evitar que el PSOE pueda gobernar", ha dicho Zapatero y repetirá hoy tanto en la ejecutiva como en el Consejo Territorial, que reúne a los dirigentes territoriales.

Estos últimos tendrán la ocasión de preguntar a Zapatero y a Blanco cuál ha sido su relación con el fugado Eduardo Tamayo y su mentor José Luis Balbás. Zapatero cree que en estos casi tres años ha visto a Tamayo un par de veces, y recuerda que en su momento agradeció mucho el trabajo que realizó en el 35º congreso en pro de su candidatura. "Pero no hay nada que ocultar y de ahí que Blanco les haya expulsado sin temor", señalan en el entorno de Zapatero. Y en boca del líder socialista ponen esta frase: "Todo el PSOE, unido, con todas sus terminales, va a poner al descubierto esta trama".

Rodríguez Zapatero, secretario general del PSOE.RICARDO GUTIÉRREZ

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