Cartas al director

Guerras de destrucción masiva

He estado en Londres estos días y he podido comprobar cómo la opinión pública y los medios de comunicación están ejerciendo una fuerte presión sobre Tony Blair por la sospecha generalizada de que tanto él como George W. Bush (y por tanto, José María Aznar) mintieron respecto a la existencia de pruebas fehacientes sobre las armas de destrucción masiva en Irak, a las que se refieren con el término acuñado de WMD (Weapons of Mass Destruction), pruebas que se esgrimieron como el principal argumento para hacer la guerra. Si dichas armas no aparecen, será tan evidente que Irak no suponía un p...

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He estado en Londres estos días y he podido comprobar cómo la opinión pública y los medios de comunicación están ejerciendo una fuerte presión sobre Tony Blair por la sospecha generalizada de que tanto él como George W. Bush (y por tanto, José María Aznar) mintieron respecto a la existencia de pruebas fehacientes sobre las armas de destrucción masiva en Irak, a las que se refieren con el término acuñado de WMD (Weapons of Mass Destruction), pruebas que se esgrimieron como el principal argumento para hacer la guerra. Si dichas armas no aparecen, será tan evidente que Irak no suponía un peligro inminente real para nadie, y que la guerra no ha sido más que una burda guerra de ocupación, que se podría haber evitado por muchos que fuesen los motivos que aconsejaban un cambio de régimen en Irak, que deberemos cambiar el significado del acrónimo WMD por el de Wars of Mass Destruction (Guerras de Destrucción Masiva).

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