El ex encargado de una discoteca donostiarra testifica que su gerente le ordenó que prohibiese la entrada a 'gays'

"A partir de esta noche no entra un maricón más". I.A., ex encargado de la discoteca donostiarra Keops, afirmó ayer que tanto los porteros como él recibieron esta orden el 8 de abril de 2001 de A. F., entonces gerente del local. Este último negó haber dado tal indicación. I.A. y A.F. declararon como imputados en San Sebastián, acusados de haber negado la entrada al establecimiento a dos personas por ser homosexuales.

El ex encargado del establecimiento relató que el 8 de abril acudió llamado por un portero a la puerta de la discoteca. Allí, según explicó, se hallaba José Ignacio L.E., c...

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"A partir de esta noche no entra un maricón más". I.A., ex encargado de la discoteca donostiarra Keops, afirmó ayer que tanto los porteros como él recibieron esta orden el 8 de abril de 2001 de A. F., entonces gerente del local. Este último negó haber dado tal indicación. I.A. y A.F. declararon como imputados en San Sebastián, acusados de haber negado la entrada al establecimiento a dos personas por ser homosexuales.

El ex encargado del establecimiento relató que el 8 de abril acudió llamado por un portero a la puerta de la discoteca. Allí, según explicó, se hallaba José Ignacio L.E., cliente habitual de la discoteca, al que dijo que podía pasar, aunque tenía la orden de no dejar entrar a homosexuales, por lo que éste se marchó.

Seis días después se repitió la situación con Iñaki D. G. El acusado informó de la orden al cliente, al que también conocía. Según aseguró, en este caso, además, le manifestó que no podía entrar porque su descripción coincidía con la de una persona que dos semanas antes, al parecer, había tocado el culo a un joven de Vitoria. D. G. negó ayer este último extremo.

El entonces gerente del local afirmó que "en ningún momento" ordenó tal prohibición. A.F. subrayó que la única "orden" que existía era que se denegara el acceso a quienes hubieran causado problemas, al margen de su orientación sexual.

[Los médicos que han tratado al guardia civil acusado de matar a un compañero en el cuartel bilbaíno de La Salve discreparon ayer sobre las capacidades cognitivas del imputado. El especialista presentado por la defensa señaló que el procesado padece un delirio sistematizado permanente e "incurable". Sin embargo, tanto otro psiquiatra como el forense coincidieron en que el acusado tiene capacidad suficiente de entender lo que hizo.]

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