Análisis:

Mínimos

La bolsa española marcó ayer un nuevo mínimo anual en contratación, con 632,60 millones de euros negociados en el Mercado Continuo. A la ya habitual apatía de los inversores autóctonos se unió ayer el hecho de ser jornada festiva en el Reino Unido y en Estados Unidos, dos plazas que canalizan la mayor parte de la inversión externa en España.

A la falta de dinero se unió también la ausencia casi total de noticias económicas, lo que trajo consigo una sesión en la que prácticamente nada se movió.

El Ibex 35 terminó esta jornada con un descenso del 0,13% y tras mantenerse con discret...

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La bolsa española marcó ayer un nuevo mínimo anual en contratación, con 632,60 millones de euros negociados en el Mercado Continuo. A la ya habitual apatía de los inversores autóctonos se unió ayer el hecho de ser jornada festiva en el Reino Unido y en Estados Unidos, dos plazas que canalizan la mayor parte de la inversión externa en España.

A la falta de dinero se unió también la ausencia casi total de noticias económicas, lo que trajo consigo una sesión en la que prácticamente nada se movió.

El Ibex 35 terminó esta jornada con un descenso del 0,13% y tras mantenerse con discretos avances desde la apertura. El índice general de la Bolsa de Madrid cedió el 0,07%.

Las bolsas europeas también se unieron a la inactividad y a la falta de dirección, con un descenso del 0,40% en París y un recorte del 0,06% en Francfort, con datos previos al cierre. Todos estos mercados mantuvieron la estabilidad a lo largo del día, pero coincidiendo con el horario de apertura de Wall Street fueron las órdenes de venta las únicas que quedaron en activo hasta llevar a los índices a terreno negativo.

El único dato económico del día se dio en Alemania, con un incremento en la confianza de los empresarios en el mes de mayo que no consiguió impresionar a los inversores debido a que la constante caída del dólar llevó al euro hasta los niveles máximos de su corta historia. Las exportaciones europeas se resentirán si se mantiene esta tendencia, lo que perjudica a las empresas y a su cotización en las bolsas, pero será bueno para el control de los precios que predica el BCE lo cual, al final, podría traer consigo la esperada rebaja de los tipos de interés que esperan los inversores.

El contraste con la debilidad de la renta variable lo puso el mercado secundario de deuda, en el que la rentabilidad del bono a 10 años cayó al 3,70%, nuevo mínimo anual, como consecuencia de la búsqueda de activos más seguros a medio plazo por parte de los inversores.

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