Greenspan advierte del peligro de deflación, aunque cree que no es inminente

El presidente de la Fed calificó de decepcionantes los resultados de la economía, pero la ve sólida

Alan Greenspan, presidente del banco central de Estados Unidos, reconoció ayer que la economía estadounidense está produciendo decepcionantes resultados, pero reiteró que los fundamentos siguen siendo sólidos y constituyen una buena base para el futuro crecimiento. Su eterno optimismo no hizo mella en el comité conjunto del Senado y de la Cámara de Representantes ante el que comparecía, cuyos miembros estaban preocupados por la amenaza de deflación (situación caracterizada por un descenso general y continuado de precios). "No es un peligro inminente para Estados Unidos", dijo Greenspan, quien ...

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Alan Greenspan, presidente del banco central de Estados Unidos, reconoció ayer que la economía estadounidense está produciendo decepcionantes resultados, pero reiteró que los fundamentos siguen siendo sólidos y constituyen una buena base para el futuro crecimiento. Su eterno optimismo no hizo mella en el comité conjunto del Senado y de la Cámara de Representantes ante el que comparecía, cuyos miembros estaban preocupados por la amenaza de deflación (situación caracterizada por un descenso general y continuado de precios). "No es un peligro inminente para Estados Unidos", dijo Greenspan, quien aseguró que el fenómeno es seguido con extrema atención y que la Reserva Federal está dispuesta a tomar las medidas necesarias para combatirlo.

El gran gurú de la economía de Estados Unidos había venido manteniendo que la incertidumbre sobre la guerra en Irak era una de las principales causas de la débil evolución de la actividad económica, en repliegue a consecuencia del estallido de la burbuja tecnológica del año 2000 y la crisis de confianza creada por los escándalos financieros que sucedieron al golpe del 11-S. La fase bélica de la guerra ha terminado y la economía de Estados Unidos sigue tambaleándose.

"Todavía no tenemos suficiente información sobre la actividad económica tras el fin de las hostilidades para emitir un juicio firme sobre la fortaleza subyacente de la economía real", manifestó Greenspan ante los senadores y representantes del comité de Economía. "Los últimos datos sobre producción y empleo han sido débiles, pero los fundamentos, incluidas las condiciones en los mercados financieros y el continuo incremento de la productividad, son buenas señales para el futuro".

Es un futuro risueño que tampoco va a llegar este trimestre, en el que "el crecimiento económico va a ser bastante flojo". A falta de recuperación se ha asentado en el país el espectro de la deflación o desinflación, según el término también usado por el presidente de la Reserva Federal. Es un círculo vicioso que comienza con la caída de precios y sigue con la reducción en los beneficios de las empresas, despidos, disminución de la renta disponible en los hogares, menor consumo, nuevas caídas de precios y repetición del deprimente ciclo.

Fenómeno desconocido

Greenspan fue modesto al reconocer que la Reserva y los economistas carecen de experiencia intelectual práctica sobre el fenómeno, cuyo más inmediato antecedente en Estados Unidos se remonta a los años treinta, los de la Gran Depresión. La Fed, como el resto de los bancos centrales del mundo, está curtida en largas batallas contra la inflación, "a la que sabemos cómo combatir y las consecuencias de esa lucha". Lo contrario es algo nuevo. "La noción de la deflación no se nos pasó por la cabeza hasta que los japoneses nos lo hicieron ver", señaló Greenspan, en referencia a la crisis que tiene a Japón contra las cuerdas desde hace una década.

El presidente se extendió sobre el caso. "Reconocemos que es una posibilidad y hemos puesto muchos recursos para tratar de entenderla, aunque sin haberla visto todavía", dijo, para definirla como un riesgo menor con potenciales graves consecuencias. A su juicio "no es un peligro inminente para Estados Unidos, pero es una amenaza que, aunque menor, es lo suficientemente grande como para exigir una intensa observación y quizás, quizás, acción por parte del banco central".

La Reserva Federal volverá a reunirse dentro de un mes y los analistas daban ayer por supuesto que en esa ocasión no se discutirá sobre si rebajar a no los tipos de interés, sino sobre la dimensión del recorte. El tipo de referencia está desde noviembre en el 1,25% y se especulaba con que Greenspan y los demás miembros del comité recortarán otro medio punto, hasta dejarlo en el 0,75%.

Los congresistas quisieron saber si la Fed se está quedando sin recursos para estimular la economía. "Aunque las presiones a corto empujen los tipos de los fondos federales hacia cero, la Reserva Federal no va a cerrar", manifestó Greenspan. "No hay posibilidad creíble de que en algún momento, con independencia de lo que se nos exija, vayamos a quedarnos sin munición monetaria para hacer frente al problema de la deflación o algo similar que altere nuestra economía". Como ejemplo puso la compra de deuda pública para bajar los tipos de interés a largo plazo.

Los congresistas trataron infructuosamente de saber qué opina Greenspan sobre la caída del dólar. El presidente de la Fed se escudó en su pacto de silencio sobre la materia con el Tesoro para eludir la respuesta. John Snow, el secretario del Tesoro, ha dado a entender que la Administración está cómoda con la pérdida de valor del dólar con respecto al euro y el yen y el billete verde ha acusado el golpe. Greenspan dijo que Snow lo está haciendo bien y aseguró que no hay huida de capitales de Estados Unidos ante la pérdida de atractivo del dólar.

Wall Street apenas reaccionó a las palabras del presidente de le Reserva Federal, fijado durante la mañana en las aparentes nuevas amenazas terroristas realizadas por los seguidores de Osama Bin Laden. Después de una apertura bajista, las bolsas estadounidenses recuperaron posiciones y una hora antes del cierre el índice Dow Jones subía el 0,17%, mientras que el tecnológico Nasdaq se dejaba el 0,27%. Variaciones muy cortas que explican la falta de tendencia en los mercados de acciones donde, además, los volúmenes de negocios fueron bajos.

En los mercados europeos dominaron las ventas, ante la posible rebaja de la previsión de crecimiento económico, por parte del Banco Central Europeo (BCE)para este año. La caída de la confianza del consumidor italiano a mínimos de 9 años y el mal dato de producción industrial en la zona euro compusieron un ambiente sombrío en el que los valores bancarios y de telecomunicaciones fueron los más castigados.

La bolsa española registró el mayor retroceso dentro de los mercados europeos con el 1,58% en su indicador Ibex 35. Londres perdió el 0,89% y Francfort el 0,41%. La bolsa de París se salvó de los recortes con una tímida alza del 0,14%. En estas plazas también se registró una actividad muy baja. El euro volvió a cotizar por encima de los 1,17 dólares, para suavizar su ascenso al cierre. Petróleo y dólar recogieron la indecisión de los mercados financieros con ligeras alzas.

Alan Greenspan, ayer.ASSOCIATED PRESS

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